Doctrina Monroe obstaculiza solidaridad en América Latina, asegura experto panameño

La Doctrina Monroe es una política de dominio estadounidense que opaca, cuyo uso velado de la fuerza no permite que emerja una América Latina capaz de tener una voz al unísono, aseguró en Panamá el experto Euclides Tapia, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Panamá, principal centro de educación superior del país.

El docente describió la Doctrina Monroe como «la prominencia de un poder omnipotente en la región, que opaca, que no permite que potencias medias y pequeñas puedan expresarse libremente en la escena internacional», en conversación con Xinhua en la capital panameña.

A su juicio, la aplicación de la Doctrina Monroe, establecida hace 200 años y atribuida al entonces presidente estadounidense James Monroe, ha conspirado a mantener que América Latina quede totalmente dividida.

El catedrático describió la Doctrina Monroe como una forma, de la cual todo el mundo sabe, «de disfrazar el control estadounidense en el continente americano, con la divisa, con el slogan, de que ‘América es para los americanos’, o sea para los latinoamericanos, canadienses y caribeños, cuando en realidad es para ellos (de Estados Unidos)».

Para Tapia, la Doctrina Monroe, que aclaró no es un principio universalmente aceptado, es resiliente y muta con el paso del tiempo, pero nunca cambia su esencia de intervenir en los asuntos internos de América Latina.

«Muta de acuerdo a la circunstancia y también en su forma, que puede ser directa, o puede ser de otra manera, pero sigue siendo la misma», aseguró Tapia.

Desde el punto de vista del analista, si bien la Doctrina ha tenido cambios, es la misma y todavía se aplica. «No debemos descuidar su esencia. Es lo mismo, sigue la política de intervención, de manera más sutil, inclusive sin decirlo», afirmó.

El profesor dijo que Estados Unidos ya no utiliza el método de intervención militar directa, pero se utiliza, además del resorte económico, otros métodos más velados como el aislamiento político y diplomático, dependiendo de la situación en el país y del problema.

Empero señaló el reto ahora de la Doctrina Monroe de adaptarse a los nuevos tiempos, en los que los países latinoamericanos son contestatarios, hablan de la libertad y libre determinación de los pueblos, por lo que en Estados Unidos tienen que aceptar lo que los Gobiernos y los pueblos latinoamericanos escojan.

Tapia observó que hay una circunstancia que no es fácil, sobre cómo Estados Unidos va a seguir liderando la intervención encubierta y, al mismo tiempo, admitir que cada país tiene derecho a escoger el Gobierno y el sistema económico y político que quiera. «Ahí es donde la tienen un poco complicada, y lo que hacen ahora que el país norteamericano no interviene directamente, es utilizar otras formas de intervención», agregó.

Aseguró que las cosas han cambiado y el sistema en el mundo ya no es unipolar, sino con otros centros de poder, por lo que hay que batirse en un escenario multipolar, tanto desde el punto de vista económico, como del punto de vista militar, e inclusive, tecnológico y científico.

Tapia consideró que no debe haber ningún problema respecto a la propuesta del Gobierno chino basada en un nuevo tipo de relaciones internacionales, basado en la cooperación beneficiosa para todos.

No cree que Estados Unidos vaya a renunciar sin embargo a la prerrogativa de su intervencionismo y como una potencia hegemónica, «a menos que América Latina se consolide, se integre y logre hacerle frente».

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