Antes de que aparezcan los primeros rayos del sol, el colonense Marcos Antúnez ya tiene su agenda ocupada. Y es que su despertador suena a las 5:00 a.m., lo que hace que se levante como un resorte para asistir a una pasantía laboral, donde ayuda a preservar una especie sobreexplotada: el pepino de mar.
Marcos inicia su pasantía laboral a las 7:00 a.m., pero ha creado el sentido de la responsabilidad de llegar una hora antes por cualquier imprevisto. Luego, a las 11:00 a.m., pausa las labores para asistir al colegio y, de regreso a casa, atiende con apremio las tareas y proyectos que les asignan sus profesores, porque a la mañana siguiente quiere estar puntual en su trabajo.
A pesar de que su día transcurre al trote de las manecillas del reloj, este chico de 17 años, beneficiario del programa Padrino Empresario del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), tiene plasmado en su boletín un promedio más que decoroso: 4.6.
Este joven, oriundo de la Costa Arriba de Colón, cree firmemente que, si combina el estudio con la disciplina, el esfuerzo y el trabajo, los resultados que obtendrá serán grandiosos.
Admite que, por los compromisos adquiridos, no hay tiempo para ociosidades. Las redes sociales las tiene en pausa. El tiempo que le queda lo utiliza para escudriñar en YouTube temas de su interés, todos ligados al medioambiente, fauna y ecosistema, un contenido que pasaría desapercibido para cualquier chico de su edad.
Actualmente, Marcos es uno de los 1,924 adolescentes que estudian con una beca laboral de Padrino Empresario, programa que, desde su fundación hace 37 años, ha beneficiado a más de 28 mil estudiantes con becas que ascienden a 15 millones de balboas.
Durante la entrevista, Marcos hace un breve silencio antes de responder. En segundos reafirma uno de sus mayores anhelos: “quiero ser biólogo”.
Este deseo es el que impulsó a Marcos a estudiar el Bachillerato de Técnico en Agropecuario en el Instituto Profesional y Técnico Jacoba Urriola Solís. Sus calificaciones hablan del interés que le tiene a la carrera. Muestra de ello son las notas perfectas (5.0) en materias como: Matemáticas, Ingeniería Agropecuaria y Agroforestal y Ambiente.
El amor por la Biología
Como buen costeño, a Marcos le encanta el mar. Desde pequeño dedujo que debajo de ese espejo azul, donde se zambulle los fines de semana para apaciguar el calor, había un mundo por descubrir.
Relata que su fascinación por la Biología apareció cuando tenía 8 años de edad, mientras observaba el televisor. Cambiando de canales, en busca de un programa de su interés, observó a un hombre interactuando con animales. Aquel hombre mostraba el comportamiento de un león en estado salvaje. Aquella escena lo sedujo, lo atrapó y le confirmó que lo suyo era estudiar una carrera relacionada con la preservación de los seres vivos.
Cuenta que hace cinco meses ingresó al programa Padrino Empresario por recomendación de un profesor que lo animó a apuntarse. Fue el primero de su grupo que eligieron para la pasantía laboral. Y como si el destino conspirara a su favor, la empresa Pana Sea Global, que cuenta con el primer criadero de pepinos de mar en Panamá, lo seleccionó.
En Pana Sea Global es el encargado de cuidar el crecimiento de los pepinos de mar. A sus 17 años realiza procesos de un biólogo como medir el PH del agua, la temperatura y el nivel de salinidad. Una tarea que se le ha delegado por el nivel de compromiso que ha demostrado, explicó el gerente de la empresa, Jon Beer.
Marcos también está asignado a los cuartos donde se cultivan las algas que sirven de alimento para los pepinos de mar. Está aprendiendo sobre procesos avanzados, aquellos que para monitorearlos se requiere de un microscopio.
Lo interesante es que Marcos es parte de un proyecto de investigación que busca la protección del pepino de mar y su cultivo en mar abierto. A su corta edad ha explorado las granjas marinas que la compañía tiene instalada en las profundidades oceánicas de Puerto Lindo, una experiencia que disfruta con regocijo y lo mantiene conectado con una de las cosas que más ama: el mar.
Padrino empresario combate la deserción escolar
Marcos recibe una beca mensual de B/. 195.00. Con este dinero que percibe cubre sus gastos educativos y ahorra el resto para su futura carrera universitaria. Con Padrino Empresario ha logrado acumular experiencia laboral en el campo donde espera labrarse una carrera profesional. Además, está desarrollando las cualidades que se requieren en todo trabajo, como la responsabilidad, la puntualidad, la honestidad y el compromiso. Está adquiriendo ese ADN que distingue a todo buen colaborador.
Para la ministra del MIDES, María Inés Castillo, Padrino Empresario es un programa “estratégico”, porque les permite a las empresas formar a colaboradores con un perfil cónsono al servicio que ofrecen al mercado. Esto permite insertar al mercado, a jóvenes formados en valores y en dinámica de trabajo que son esenciales en todo colaborador.
“El programa Padrino Empresario evita la deserción escolar, al tiempo que les permite a los estudiantes ganar experiencia laboral y una oportunidad de ingresar al mercado laboral”, enfatizó la ministra Castillo.
Precisamente, las estadísticas respaldan lo expresado por la ministra Castillo, tras darse a conocer que, entre julio de 2019 a agosto de 2023, un total de 59 estudiantes obtuvieron su primer empleo tras concluir la pasantía laboral del programa Padrino Empresario.
En tanto, el gerente de Pana Sea Global, Jon Beer, coincide con la ministra Castillo al destacar que la pasantía laboral de Padrino Empresario le ha permitido formar a Marcos, un joven que considera tiene mucho futuro dentro de la empresa.
“Padrino Empresario es un programa muy interesante, porque impulsa el primer empleo, combate la deserción escolar y ayuda a impulsar el desarrollo de las empresas con jóvenes entusiastas y comprometidos”, destacó Beer.
Pasantía laboral
La directora de Padrino Empresario del MIDES, Adelina Lezcano de Hernández, explicó que los estudiantes reciben becas de B/. 195.00 a B/. 292.50 mensuales, de acuerdo con el número de horas en la que se capacitan, que van de 4 a 6 horas diarias.
Con estos ingresos culminan sus estudios y, muchos de ellos, desarrollan emprendimientos sostenibles, que les permite generar ingresos en su propio entorno.
Durante el tiempo de la pasantía, los estudiantes reciben supervisión académica mediante monitoreo de boletines, comprobantes de pago de matrícula y visitas a los colegios. Participan de jornadas de capacitación que son dirigidas, tanto a adolescentes como a tutores, en temas de su propia realidad.
La historia de Marcos Antúnez apenas se escribe. Su interés por superarse cada día le llevará lejos. Su próxima meta es graduarse de bachillerato e ingresar a una universidad fuera del país, para luego, en unos años, regresar a su natal Portobelo convertido en un profesional de la biología.