La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) insta a los gobiernos y al sector privado a tomar medidas para acelerar la adopción de la inteligencia artificial (IA) en la investigación científica. Según el informe titulado «Inteligencia artificial en la ciencia: Retos, oportunidades y futuro de la investigación», la IA tiene el potencial de revolucionar la ciencia al aumentar enormemente la productividad de la investigación. Sin embargo, advierte que aún no se ha aprovechado todo el potencial de la IA y que es necesario actuar para acelerar y profundizar su adopción. «Acelerar la productividad de la investigación podría ser el uso más valioso económica y socialmente de la IA», afirmó el documento. «Los gobiernos y el sector privado pueden hacer mucho para impulsar su adopción y así ayudar a sus países a crecer, innovar y abordar retos globales».
El informe recomienda crear programas multidisciplinarios ambiciosos que reúnan a expertos en IA, ciencia, ingeniería, estadística y matemáticas. Señala que se requiere financiamiento público específico asignado a través de procesos que fomenten la colaboración amplia, no el aislamiento por disciplinas. También insta a los gobiernos a respaldar iniciativas visionarias como el Desafío Nobel Turing, que busca desarrollar sistemas de IA capaces de realizar investigaciones de clase mundial. «Iniciativas como ésta pueden catalizar la colaboración para ayudar a enfocar los esfuerzos en retos globales», indica el documento.
En materia de infraestructura, el informe recomienda aumentar el acceso a supercomputación y software de IA para instituciones académicas. Advierte que la provisión de recursos computacionales por empresas tecnológicas presenta lagunas, por lo que los gobiernos deben ayudar a desarrollar soluciones. «Para que los académicos sean competitivos, el uso de recursos informáticos de última generación en la nube es, en la mayoría de los casos, excesivamente caro», señala.
En cuanto a formación, plantea actualizar los planes de estudio universitarios para enseñar el uso de técnicas de IA comprobadas, como la búsqueda de hipótesis en la literatura científica existente.
Sobre datos, recomienda medidas para aumentar la disponibilidad de conjuntos de datos de investigación abiertos y aprovechar su poder en áreas como salud y clima. Destaca iniciativas como el Espacio Europeo de Datos Sanitarios y GAIA-X.
El informe también recomienda ampliar la investigación y desarrollo públicos para avanzar en áreas que permitan profundizar los usos de la IA en ciencia e ingeniería, como la automatización del diseño de modelos de aprendizaje automático.
Advierte sobre una posible reducción en la diversidad temática de la investigación en IA, cada vez más dominada por los enfoques intensivos en computación y datos de las grandes tecnológicas. Por ello, recomienda reforzar la I+D pública para contribuir a una mayor diversidad de enfoques.
En materia de gobernanza, el documento señala que se requiere más investigación sobre el impacto de la IA en la práctica científica diaria, incluyendo sus efectos en la colaboración, el trabajo y las carreras profesionales. También advierte sobre posibles peligros del uso de la IA en el descubrimiento de fármacos y la necesidad de que gobiernos y otros actores analicen acuerdos de gobernanza para proteger el bien público.
Finalmente, hace un llamado a aumentar la cooperación y la financiación internacional para impulsar la adopción de la IA en la ciencia en regiones en desarrollo, que se han quedado rezagadas. «La IA tiene el potencial de acelerar enormemente el avance científico, pero sólo si gobiernos y sector privado toman medidas decididas para facilitar su adopción», concluye el informe. «Es una oportunidad que no debemos desaprovechar».