Ucrania y el 2023: ¿Termina la guerra o es el fin de la paz?

La invasión a Ucrania parecer ser la ventana por la que el mundo entrará en la muy temida “tercera guerra mundial”. Esta conclusión ha encontrado su exponente más claro en la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva. En un panel organizado como parte de la Cumbre Mundial de Gobierno en Dubái, pronosticó que el planeta se avoca a un panorama catastrófico. Según ella, el mundo debe prepararse para “lo impensable”: asegura que la “tercera guerra mundial es inminente” y provocará la muerte de miles de millones de personas.

Cuando se le preguntó cuán difícil será este año, Georgieva respondió que la economía mundial todavía está «en un lugar muy difícil y el crecimiento global se está desacelerando en 2023, pero puede ser un punto de inflexión», apuntando a la disminución de la inflación en algunos países.

Georgieva aspira a que, tras el covid, la guerra y los eventos naturales que han sacudido el globo entre 2020 y 2023, la humanidad se vuelva una organización más dinámica y resiliente. “Todos tenemos que cambiar nuestra mentalidad para ser mucho más ágiles y mucho más orientados a construir resiliencia en todos los niveles, para que podamos manejar mejor los impactos”, agregó, y señaló que la resistencia viene en la forma de garantizar que el mismo “tejido” de cada país y su sociedad es fuerte. Las conclusiones de Georgieva encuentran respaldo en lo que ha parecido una escalada de la participación de occidente en el conflicto armado, que este 24 de febrero cumple un año de ataques.

La OTAN de nuevo entre los protagonistas del conflicto

Ante una temporada en la que el resto del mundo pareció olvidar la invasión rusa de Ucrania, al acercarse el primer cumpleaños de la acción bélica la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, ha retomado su participación y empezó una campaña para conseguir municiones para Ucrania. El 13 de febrero, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, pidió a más aliados que proporcionaran más municiones a Ucrania después de decir previamente que las fuerzas rusas ya habían lanzado una nueva ofensiva antes del primer aniversario del conflicto.

“No vemos señales de que el presidente Putin se esté preparando para la paz. Lo que vemos es lo contrario, se está preparando para más guerra, para nuevas ofensivas y nuevos ataques”, dijo Stoltenberg a los periodistas. “Esto se ha convertido en una guerra de desgaste y, por lo tanto, también es una batalla de logística.  … Cuando se trata de artillería, necesitamos municiones, necesitamos piezas de repuesto, necesitamos mantenimiento, necesitamos toda la logística para garantizar que podamos mantener estos sistemas de armas”, agregó.

En respuesta a los comentarios de Stoltenberg, el Kremlin acusó a la OTAN de ser una organización «hostil» hacia Rusia y de involucrarse cada vez más en la guerra en Ucrania.  “Está haciendo todo lo posible para que su participación en el conflicto en torno a Ucrania sea lo más clara posible”, dijo a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.

Un paso a la ofensiva

Luego de un año de únicamente acciones políticas y actuaciones limitadas al frente de la opinión pública, occidente parece decidido a pisar el siguiente peldaño; quizás esas son las señales que vio Georgieva del FMI. Hace tan solo semanas que Estados Unidos y Alemania autorizaron el envío de tanques a Ucrania. Entre ambas potencias solo enviarán 45 tanques al ejército ucraniano, pero más allá de cantidades, el gesto implica un respaldo decidió a que Ucrania emprenda una postura ofensiva en el conflicto, donde hasta ahora ha jugado el papel del agraviado que resiste una invasión. La medida es la última decisión de occidente, que empezó con el envío de artillería y cohetes, lo que supone una feroz ofensiva ucraniana para recuperar territorio que Rusia se ha anexado por la fuerza de las bombas desde el 24 de febrero de 2022.

Sin duda que esta es una clara muestra de que la OTAN no parece dispuesta a seguir mirando el conflicto desde las gradas, como incómodos espectadores de un partido en el que su equipo está perdiendo.

El envío de estos tanques alemanes y estadounidenses; las acciones recientes de Países Bajos, con el envío de artillería; y la retórica de Polonia, parecen centrar el debate de la OTAN en el hecho de definir si Ucrania debe ser la puerta para una confrontación con Rusia, o pueden tomar el riesgo de esperar en que acaba la situación entre Moscú y Kiev.

En el primer año de la invasión rusa, la balanza parece indicar que la OTAN está más cerca de apostar porque Ucrania será una coyuntura decisiva.

¿La guerra o la paz? 

Mientras el FMI ha tomado la batuta en exponer sus previsiones de una catástrofe bélica, para algunos no existe ninguna duda. Por ejemplo, para el historiador, politólogo y analista francés Emannuel Todd, “La tercera guerra mundial ya ha comenzado”. Está tan seguro de eso, que así ha titulado su libro más reciente.

En una entrevista con Le Fígaro, Todd asegura que, desde febrero de 2022, cuando occidente conformó un bloque que sancionó financieramente al gobierno ruso y Moscú se respaldó en China, existe una confrontación global. “Aunque la violencia militar sea más débil que en anteriores guerras mundiales”, explica. El analista galo tiene muy claro que el conflicto ruso-ucraniano empezó en 2014 y con la escalada de 2022, el mundo quedó envuelto en la disputa.

Todd explica que la invasión rusa de 2022, implicó dos sorpresas. “por un lado Rusia pensó que aplastaría a Ucrania militarmente y por el otro, occidente estaba convencido de que asfixiaría a Rusia económicamente”, y reflexiona: “Ninguna de esas cosas sucedió. Hubo una especie de malentendido.”

El tema ahora parece ser más bien descifrar cuándo la participación de la OTAN, que hoy está inmersa de hecho en el conflicto, pasará de la cuestión política y económica al combate directo; y las consecuencias de esa decisión.

Cuando el mundo entre en esa fase sabremos algo que Todd tiene muy claro: este conflicto se ha convertido en algo existencial, para Estados Unidos y Rusia: una vez dentro ya no podrán retirarse hasta que termine… no existen más opciones que ganar o perder. Eso implica la entrada a una nueva dinámica en la geopolítica y los sistemas financieros del mundo.

 

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