El desenlace promete drama y emoción en Londres, donde solo puede quedar uno aunque ambos equipos tienen armas y argumentos de sobra para confiar en alcanzar la gloria. Inglaterra tendrá cerca de 90.000 gargantas animando y la confianza de 19 partidos invicta, incluido un triunfo sobre las alemanas en febrero, y Alemania tiene la historia de su parte y un equilibrio perfecto.

La anfitriona tendrá también que gestionar la presión, en otra oportunidad única para ser campeón y un escenario idéntico al de la selección masculina, que perdió en Wembley la final continental el año pasado ante Italia. El ‘football’s coming home’ de nuevo resuena, de vuelta a una final desde 2009 y con el ánimo de revancha porque aquella cita en Helsinki se saldó con un 6-2 alemán.

El 4-0 ante Suecia quitó un peso de encima a las inglesas, ante la posibilidad de caer por tercera edición seguida en ‘semis’, pero ahora toca rematar y no fallar a la racha. La artífice en el banquillo es Sarina Wiegman, campeona de Europa con Países Bajos en 2017 y quien se hizo cargo de las ‘Lionesses’ en septiembre.

Sobre el césped, la anfitriona disfrutó de una fase de grupos perfecta, con 14 goles a favor y ninguno en contra, pero a la hora de la verdad estuvo a siete minutos de que quedarse fuera. España lo tuvo en su mano pero el cuadro inglés salvó en la prórroga su peor momento en el torneo para llegar fácil a su tercera final.

Alemania, que igualmente solo ha encajado un gol en el torneo y aspira a su noveno título tras ‘fallar’ en 2017, también ha sabido sufrir en los cruces, ante Austria y Francia. El rigor táctico, el esfuerzo colectivo que lidera Oberdorf y la pegada de Alexandra Popp son las bazas del equipo que dirige Martina Voss-Tecklenburg, quien fue cuatro veces campeona como jugadora.

Una bota de oro histórica

Popp y la inglesa Bethany Mead llegan con seis goles cada una, el récord histórico en una fase final de Eurocopa junto con la alemana Inka Grings en 2009. La racha de la alemana suma dianas en los últimos cinco partidos, con doblete ante Francia para protagonizar el pase a la final de un torneo que empezó en el banquillo.

La delantera del Wolfsburgo volvió en marzo tras 10 meses fuera por una grave lesión de rodilla que necesitó de dos intervenciones. El título y la Bota de Oro pueden ir de la mano también en caso de que Inglaterra salga campeona, ya que Mead añade a esos seis goles cinco asistencias, dentro de un once inamovible para Wiegman.

Unas 90.000 personas se esperan en el recinto londinense para hacer historia en una final de EURO, lo que sería un récord absoluto tanto femenina como masculina. El broche perfecto no podrá ser ya que una selección, un país y su afición, llegará a saborear el éxito sin poder celebrarlo. Una que ríe y otra que llora, como siempre.