El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha indicado que el encuentro es un «hito» y refleja «un compromiso de Estados Unidos» para renovar su alianza con los países miembros y fortalecer «la recuperación económica, así como reforzar las relaciones interamericanas».
Almagro ha apuntado, así, que es un hemisferio con «muchísima discriminación». «Es el continente más desigual, más violento. Es el continente más violento para los periodistas», ha agregado, puntualizando que hay que revertir las condiciones de pobreza de la región.
En un tono más positivo, ha señalado que los países están buscando los liderazgos políticos para reafirmar «un camino hacia adelante», con el objetivo de buscar la equidad y el acceso a los derechos, así como a mejores condiciones de desarrollo.
Por su parte, el subsecretario de Estado de Estados Unidos para el hemisferio occidental, Brian Nichols, ha hecho hincapié en una sociedad civil más libre, así como la mejora en la transición energética y las prioridades e innovación en las herramientas tecnológicas.
Nichols ha subrayado la «diversidad» del encuentro y ha dado la bienvenida a los representantes de comunidades indígenas y campesinas, de mujeres o de los colectivos LGTB, por lo que ha puesto el ejemplo del movimiento Black Lives Matter con respecto a la justicia social de aquellos que son atacados por defender los derechos en sus países.
La Administración estadounidense informó a principios del mes de mayo que Cuba, Nicaragua y Venezuela no recibirían invitación para la cumbre en Los Ángeles, ya que no son naciones democráticas, lo que provocó un aluvión de críticas de distintos mandatarios latinoamericanos, entre ellos el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
La última Cumbre de las Américas tuvo lugar en abril de 2018 en la capital de Perú, Lima, una reunión marcada por las ausencias. La más destacada fue la de Donald Trump, quien habría realizado así su primer viaje a América Latina. Sin embargo, optó por enviar a su vicepresidente, Mike Pence.
La actual Administración norteamericana ha dado muestras en estos últimos meses de querer acercarse de nuevo a América Latina y la Cumbre de las Américas permitirá a Joe Biden ejercer de anfitrión de otros líderes. Este tipo de encuentros, que suelen celebrarse cada tres o cuatro años, arrancaron en 1994 con la cumbre inaugural en Miami.
Posteriormente, estas cumbres se celebraron en la capital de Chile, Santiago, en 1998; en la ciudad canadiense de Quebec, en 2001; en la ciudad argentina de Mar del Plata, en 2005; en la capital de Trinidad y Tobago, Puerto España, en 2009; en la ciudad colombiana de Cartagena, en 2012; y en la capital de Panamá, Ciudad de Panamá, en 2015, además de la citada cumbre en Lima.