Unidad monolítica contra apatía

Nunca resultó más evidente y efectiva aquella aseveración que apuntaba a que “agruparse siempre es mejor que estar solo”. Ahí está el sindicalismo para confirmarlo.

Desde los ya lejanos tiempos medievales, los trabajadores que compartían el mismo oficio se percataron de que uniéndose en gremios aumentaban su capacidad para establecer los precios de sus productos, organizar un sistema para hacer carrera dentro del oficio y defender sus intereses y sus recursos.

No será hasta el siglo XIX, a inicios de la historia del capitalismo industrial, que los trabajadores retoman la idea de la unión gremial para luchar en contra de las pésimas condiciones laborales y las extenuantes jornadas de trabajo. Ya desde ese momento advirtieron que si bien, en lo individual, se encontraban en desventajas frente a los patrones, presentándose como un colectivo tenían mayores posibilidades de lograr sus objetivos. Muy pronto comprobaron que los seres humanos, funcionando como un gremio unido, multiplican su fuerza al momento de reclamar lo que consideran justo. Luego de una accidentada historia, el siglo XX se encargará de proclamar la unidad laboral como un derecho humano en el punto 4 del artículo 23 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que establece que “toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses”.

Las recientes negociaciones de las que formó parte el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares (SUNTRACS), demuestra que las condiciones y las funciones que dieron origen a los sindicatos continúan vigentes y que estos grupos mantienen su importancia dentro del sistema democrático. Aunque polémico para un sector de la ciudadanía, que no aprueba algunos de sus métodos de lucha, no se puede menospreciar el papel que desempeña al momento de velar por los intereses de sus agremiados con una eficiencia digna de admiración. Tal vez en esa monolítica unidad se esconda el secreto que necesita el resto de la ciudadanía para luchar- de forma igualmente tan efectiva- por los cambios necesarios para la construcción de un mejor país.

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