En una percepción optimista, la visión de país que parece imperar desde siempre al momento de gobernar se reduce a los límites que definen a la provincia de Panamá; porque la otra percepción, la de los hechos contundentes, reduce aún más esa visión al breve espacio que integra el área metropolitana: el distrito citadino y el de San Miguelito. El resto del país se desdibuja bajo el peso de la distancia y de la incapacidad política de generar una visión nacional integral, capaz de conectar con el carácter y el potencial del resto de la nación. Señalado, en argot popular como “el interior”, la nomenclatura alude al territorio nacional allende a los límites de la nueva provincia de Panamá Oeste, aunque para una gran mayoría- más estricta- ese resto del país se ubica después del Puente de Las Américas.
Esta estrecha visión que rige desde tiempos inmemoriales ha concentrado las acciones y las iniciativas políticas mayoritariamente en el área metropolitana, mientras mantiene persistentemente al “interior”- sumados Darién y las comarcas- fuera del festín de oportunidades e iniciativas generadoras de prosperidad. El resto del país, a pesar de las cortas miras políticas, es más que ganadería y agricultura. La proliferación de los centros de educación superiores en esa área, la han convertido en un semillero de profesionales con los conocimientos y habilidades necesarios para llevarla a niveles superiores de desarrollo: sólo se requiere de políticas bien pensadas y mejor ejecutadas que faciliten y multipliquen las oportunidades para aprovechar todo ese capital humano.
Una estrategia así concebida restaría sustento a la migración “forzada” que, en busca de las oportunidades ausentes en el terruño de origen, obligan a mudarse a la metrópolis y las áreas aledañas con la subsiguiente concentración de aproximadamente el 53 por ciento de la población nacional en los predios citadinos.
Junto con la necesaria renovación del elenco político nacional, se impone trascender los viejos paradigmas y tender la mirada al resto del país para establecer un mapa actualizado de su potencial, sus oportunidades y talentos para democratizar definitivamente el desarrollo y la creación de las riquezas nacionales.