Smithsonian no niega ni afirma las acusaciones de delito sexual en contra de 16 científicas

El STRI se limitó a hablar de sus políticas de encuestas internas. Foto: Archivo.

«Una política de tolerancia cero contra el acoso y tiene numerosas vías para denunciar este tipo de comportamientos», fue la respuesta que dio el Instituto de Investigaciones Tropicales del Smithsonian (STRI), por sus siglas en inglés; luego que se diera a conocer una noticia que los involucraba como una empresa que permitía conductas sexuales inapropiadas de parte de altos mandos a subordinadas.

Según diera a conocer e portal Buzz Feed News, unas 16 mujeres científicas dejaron el silencio y hablaron sobre la conducta sexual inapropiada de que fueron objeto dentro del STRI, ubicado es isla de Barro Colorado, en Panamá.

De igual manera, por la red social de Twitter, el STRI, manifestó que durante los últimos seis meses, ha tomado medidas adicionales para fortalecer su lucha contra el acoso laboral.

Y es que el reportaje señala que las científicas señalaron que fueron objeto de “comentarios inapropiados hasta tocamientos y presuntas violaciones, por parte de un trío de investigadores masculinos de alto nivel, que controlaban el acceso a laboratorios y datos, y cuya palabra podía hacer o deshacer un la incipiente carrera científica del joven investigador”.

Defensa

Desde Barro Colorado también mencionaron que el STRI implementa una encuesta de cultura dentro de sus colaboradores para obtener información de las experiencias que y así «recopilar ideas sobre formas de convertirlo en un lugar de trabajo más seguro. Hemos creado un nuevo documento con expectativas de conducta».

A la vez, aceptaron que aunque hayan encuestas, «lo difícil que puede ser reportar incidentes»  y por eso su prioridad será fortalecer sus políticas y procesos internos, para hacer del STRI «un lugar inclusivo y acogedor, que fomente la seguridad, equidad y profesionalidad.

Consecuencias

En el portal donde se hace el reportaje, se indica que siete de las científicas dijeron que dejaron de visitar el instituto o colaborar con su personal debido al comportamiento “poco profesional que experimentaron o presenciado allí, y dos han abandonado la academia por completo”, algo que calificaron como “una fuga de cerebros que le ha costado a la ciencia un costo incalculable de investigación perdida”.

Las científicas habrían dicho también que «los hechos eran un secreto a voces», bajo la gestión de al menos cinco directores.

Algunas de las supuestas víctimas mencionan haber quedado  «traumatizadas» y «aisladas».

Incluso, una de las investigadoras asegura que un director de un laboratorio la «violó en una conferencia científica en San Francisco en 2011».

Otras siete mujeres señalaron a este mismo director, que negó las acusaciones por acosarlas sexualmente, ganó un premio por su trabajo en 2019.

Los señalados

Una de las científicas acusó a Benjamin Turner, director del laboratorio de biogeoquímica de STRI, de presionarla para tener una relación sexual y violarla en una conferencia.

Dos investigadoras dijeron que Edward Allen Herre, un científico del personal de STRI, besó a un colega sin su consentimiento y saludó a las mujeres con una toalla.

Dos más afirmaron que Egbert Leigh, un ex científico emérito del personal que se retiró de STRI en 2019 después de 50 años, las acosó sexualmente.

Turner y Herre han negado haber cometido irregularidades, pero Leigh admitió haber cometido mala conducta.

Finalmente el STRI corroboró que están «repensando las jerarquías de la comunidad, simplificando las estructuras de informes y mejorando el flujo de información. También estamos implementando la intervención de espectadores y el entrenamiento de límites».

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