Filipinas levantó la moratoria aplicada hace cuatro años para la apertura de nuevas minas a cielo abierto, indicó el miércoles un alto funcionario; una maniobra criticada por ecologistas que busca revitalizar una economía hundida por la pandemia.
El director de la oficina de minas y geociencias, Wilfredo Moncano, dijo a AFP el miércoles que el secretario de medioambiente Roy Cimatu firmó una ordenanza levantando esta prohibición.
«Ofrecemos la (industria) minera como un potencial contribuyente a la recuperación de la economía», dijo. «Una vez (estas minas) estén produciendo comercialmente (…), serán las que nos ayudarán a pagar los préstamos para luchar contra la pandemia», añadió.
Según este responsable, hay nueve proyectos de prospección que pueden beneficiarse de esta decisión, que podría generar 1.600 millones de dólares para el gobierno una vez las minas estén comercialmente operativas.
En 2017, el gobierno filipino impuso esta prohibición por el importante daño ecológico provocado por estas instalaciones, pero recientemente ha cambiado de postura y ha alentado las inversiones en el sector minero para incrementar unas finanzas diezmadas por los confinamientos y las restricciones.
En abril, el presidente Rodrigo Duterte, que previamente había amenazado con cerrar todo el sector, ya levantó una moratoria de nueve años para nuevos acuerdos mineros firmada por su predecesor.
Filipinas es uno de los principales proveedores de mineral de níquel y también es rica en cobre y oro, pero el gobierno estima que un 95% de sus recursos minerales están sin explotar.
El sector minero representó menos del 1% del Producto Interior Bruto de Filipinas en 2020, según datos gubernamentales.
Los activistas contrarios dijeron que era una decisión «cortoplacista».
«Una vez más, el régimen de Duterte pone más importancia a su defectuosa agenda económica calificando la minería destructiva como +industria esencial+ en la recuperación de la pandemia», dijo la Alianza para Terminar la Minería en un comunicado.
AFP
