El jugador de 18 años y el club aceptaron la sanción.
La comisión de disciplina de la DFB, que había abierto una investigación el lunes, retuvo contra Bellingham «un comportamiento antideportivo».
Al término de un «Klassiker» tenso, donde el Borussia Dortmund criticó el arbitraje de Felix Zwayer (el entrenador Marco Rose había sido excluido por protestar), Bellingham lanzó al micrófono de una cadena de televisión: «¿Qué se puede esperar si das a un arbitró que hizo trampas en el pasado el duelo más importante de Alemania?».
Swayer se había visto involucrado en 2005 en el mayor escándalo de partidos amañados que sacudió al fútbol alemán, cuando el árbitro Robert Hoyzer había confesado que influenció en el resultado de varios partidos de la Copa de Alemania, para una organización de apuestas trucadas.
Joven juez de línea, Swayer era sospechoso de haber estado al corriente e incluso de haber aceptado 300 euros (338 dólares) de Hoyzer. Fue suspendido seis meses, pero la instrucción no había probado nunca su participación activa en el amaño de un partido.
El Borussia Dortmund había decidido proteger a su joven jugador: «Tiene 18 años y tomó la palabra tras un partido muy caliente y pleno de emociones. Vamos a apoyarlo», había prometido el domingo el director deportivo del Borussia Dortmund, Michael Zorc.