De Chile hasta México, América Latina no quedó indemne de los abusos sexuales a menores perpetrados por sacerdotes y religiosos en el seno de la Iglesia católica, un «instrumento de Satán» que el papa Francisco se comprometió a combatir.
Chile
Según cifras oficiales, hasta 2019 más de 200 miembros de la Iglesia chilena han sido investigados por más de 150 casos de abusos sexuales, mientras que se han identificado más de 240 víctimas, de las cuales 123 eran menores.
El caso más sonado fue el del influyente cura Fernando Karadima, al que el Vaticano condenó en 2011 por abuso sexual a menores cuando dirigía, entre 1980 y 2006, la parroquia de El Bosque, en un barrio acomodado de Santiago.
Aunque este formador de obispos fue expulsado del sacerdocio, no fue juzgado por las cortes civiles al considerarse las denuncias prescritas. Una posterior ley declaró «imprescriptible» el abuso sexual a menores.
México
La Iglesia católica ha enfrentado varios escándalos de pederastia en México durante los últimos años, aunque el más grande es el de los Legionarios de Cristo.
Según un informe actualizado hasta marzo pasado, los Legionarios reconocen que 170 menores fueron víctimas de abusos sexuales cometidos por 27 sacerdotes entre 1941 y 2019. En su gran mayoría se trataba de hombres adolescentes de entre 11 y 16 años.
De esos 27 sacerdotes, tres fallecieron sin ser juzgados, dos han sido condenados en el fuero penal. El resto no han sido procesados por diversos motivos, entre otros los plazos de prescripción.
En el ámbito eclesiástico, de los 27 sacerdotes dos fallecieron sin ser juzgados, 16 fueron sancionados, ocho están en un procedimiento canónico y uno recibió la dispensa del ministerio sin juicio.
Centroamérica
NICARAGUA: Al menos 13 casos de abuso sexual fueron denunciados en Nicaragua años atrás, pero ninguno llegó a juicio en el país, según grupos feministas.
El caso más sonado fue el de Marco Dessi, un sacerdote italiano juzgado y condenado en Italia por abusar de cinco niños en el departamento nicaragüense de Chinandega, donde vivió 30 años. Durante el juicio, surgieron 100 nuevas denuncias. Murió en su país natal en 2016.
EL SALVADOR: En diciembre de 2016, la Iglesia católica destituyó a tres sacerdotes salvadoreños –Juan Francisco Gálvez, Antonio Molina y Jesús Delgado– tras ser declarados culpables de abuso sexual de menores.
GUATEMALA: En Guatemala se registraron tres casos, entre ellos el del párroco Ignacio López, que fue condenado en septiembre de 2018 a 16 años de prisión por el abuso de una adolescente en la ciudad de Puerto Barrios, unos 295 km al noreste de la capital.
Según la fiscalía, el sacerdote «abusó en reiteradas ocasiones de la menor», «se valió de su posición religiosa» y la «mantuvo amenazada de muerte» para que no dijera nada a sus padres.
Los otros dos sacerdotes señalados siguen trabajando para la Iglesia en seminarios.
COSTA RICA: El caso más sonado de los últimos tiempos en Costa Rica es el del exsacerdote Mauricio Víquez, quien fue arrestado en México en 2019, luego de estar en fuga por hechos contra cuatro menores de edad.
Este exvocero de la Iglesia costarricense, famoso por su defensa del matrimonio tradicional, deberá enfrentar próximamente un juicio por abusos sexuales, violaciones, tentativa de violación y difusión de pornografía infantil, entre otros delitos.
Sudamérica
PERÚ: La justicia civil peruana ha condenado a prisión a al menos tres sacerdotes por abusos sexuales en los últimos años. Las denuncias de abusos y condenas coincidieron con la elección del papa Francisco, en marzo de 2013.
El caso más conocido es en cambio el del laico Luis Fernando Figari, fundador de Sodalitium Christianae Vitae (SDC, Sodalicio de Vida Cristiana), una sociedad apostólica conservadora fundada en 1971 y luego encumbrada oficialmente por el Papa Juan Pablo II.
En base a testimonios de sus exmiembros, la fiscalía acusa desde 2015 al SDC de cometer abusos psicológicos, físicos y sexuales. Figari salió de Perú ese año y vive en Roma, confinado por el Vaticano en una casa de retiro por razones «espirituales».
Además de Figari, cuatro integrantes de la jerarquía de esa organización han sido denunciados por abusos cometidos a adolescentes reclutados como «soldados de Cristo» en la década de 1970 y 1980, en Lima.
ECUADOR: Los tribunales de Ecuador condenaron en 2020 a nueve años de prisión a un sacerdote de Quito por abusar de dos hermanas. Dos años antes, a otro cura de Guayaquil (suroeste) se le impuso 20 años de prisión por delitos sexuales contra jóvenes entre 2011 y 2013.
La justicia ecuatoriana tiene abiertos procesos al menos contra otros dos religiosos.
COLOMBIA: En abril de 2020, la Iglesia católica de Colombia apartó a por lo menos 19 sacerdotes que pertenecían a la Arquidiócesis de Villavicencio (centro) tras denuncias por abuso sexual, en un caso que está abierto.
En 2019, el entonces arzobispo de Bogotá, monseñor Rubén Salazar, reconoció que conocían más de 100 casos, sin precisar las fechas de la comisión de los delitos. Según una investigación de Blu Radio de ese mismo año, la fiscalía investigaba a 57 sacerdotes.
VENEZUELA: En enero de 2020, un adolescente de 17 años confesó haber asesinado a un sacerdote que había abusado de él en el estado venezolano de Táchira (oeste). Las autoridades informaron que había denuncias contra el cura por abusos sexuales en 2014 y 2015.
Un cura de origen español fue detenido en 2018 por abusos contra una niña de 12 años en el estado Zulia (oeste).
ARGENTINA: El último caso de fuerte impacto en la sociedad argentina es el de más de una veintena de abusos sexuales cometidos en el Instituto Próvolo, destinado a la asistencia de niños con enfermedades auditivas.
Los autores de estos hechos, entre ellos dos sacerdotes, fueron condenados en 2019 a hasta 42 años de prisión. La causa sigue abierta con el proceso de enjuiciamiento de varias mujeres, entre ellas dos monjas.