A menos de 20 días que inicie el tramo de 3 años del “Buen Gobierno”, son muchos los cuestionamientos sin respuesta y acciones concretas para rectificarlos, que nos deja una muestra de lo que será los meses por venir.
Podría repetir las inexactitudes y señalamientos que tiene fresca la población en su memoria, y que no expresa sino por medio de las redes sociales en mucho de los casos de manera anónima, pero sería llover sobre mojado.
Lo cierto es que esta realidad, ha llevado a nuestro país a convertirse en un país de sobrevivencia, donde a nadie le importa con nadie y donde el gobierno se ha convertido en otro espectador más.
La rendición de cuentas de la cosa pública, es tan cuestionada como los libros de contabilidad maquillados para pedir un préstamo en un Banco.
Los sobrecostos en la compra de insumos para la pandemia, es el mejor ejemplo de ello. Esto sin olvidar que los sobrecostos son los que tienen a varios exfuncionarios, subiendo y bajando escaleras, solicitando medidas cautelares, para evitar quedar metido en un calabozo oscuro y quedar expuesto a las realidades carcelarias de la época medieval.
El pueblo observa y guarda silencio, no como un aplauso de pie al gobierno, sino como lo hace un individuo que siente de manera cautelosa que podría ser objeto de un atraco.
La Pandemia sigue y las condiciones económicas están iguales, los únicos negocios que no han sufrido el impacto han sido los supermercados y los negocios de Gel Alcoholado, Mascarillas y Toallitas Húmedas.
La economía estancada, la moratoria por vencerse, y la desesperación social en su punto máximo es lo que tenemos en este momento.
La ciudadanía no puede tener un proyecto de vida basados en una bolsa de comida con 5 libras de arroz, 3 latas de tuna, y media libra de avena. El pueblo quiere recobrar las condiciones que tenía Panamá por lo menos hasta antes de las elecciones pasadas que han marcado literalmente un antes y un después.
El presidente en su discurso el primero de julio, ¿qué dirá? Acabamos con la pobreza, rectificamos las inconsistencias de gobiernos anteriores, le devolvimos la paz social, hemos actuado con total transparencia en nuestra gestión en el tiempo que llevamos regentando el poder, los asociados a actos cuestionados salieron del gobierno de Nito Cortizo y están siendo investigados por el Ministerio Público.
Me temo que ese no será el discurso que escucharemos, sino que vendrá cargado de palabras como ya verán, no permitiré, y la descripción de un país llenos de logros distinto a Panamá.
El éxito de un gobernante es que cumpla al pie de la letra, lo que ofreció en campaña. Sentimos que esto no ha llegado, y en cambio ha hecho todo lo que el pueblo no quiere, generando un malestar ciudadano que se hace notorio con el silencio absoluto de la sociedad panameña, a los hechos que ocurren.
Los albergues, las vacunas VIP, los sobrecostos, etc. parecen que quedarán como cualidades de un gobierno que se ofreció como una solución a todos los males y resulta que ha terminando siendo parte de éstos.
El país requiere una atención urgente, a corto plazo. Lo que debe hacer el presidente es cosa de él, para eso el pueblo lo eligió, y si siente que no lo sabe, entonces enfóquese en cumplir con lo que se comprometió, de esa manera cuando la Opinión Pública le exija cuentas, tendrá el Plan de Gobierno cumplido para responder.
Porque “presidente la Guagua va en reversa”.
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