Las Tablas recuerda su historia a través del carnaval virtual

Hoy, Martes de Carnaval las tunas del interior del país principalmente en la provincia de Los Santos hubieran presentado en el Parque Porras sus mejores galas en un homenaje a la tradición y el folclore de nuestra tierra, pero la crisis generada por la pandemia del nuevo coronavirus provocó la cancelación de la fiesta del panameño.

Igual que hace 21 años, las calles en Las Tablas no estuvieron abarrotadas de miles de panameños, pidiendo agua y coreando a las tunas contrarias. La COVID19 frenó este año las fiestas presencias del Rey Momo, pero eso no será impedimento para que las tunas de Carnaval más famosas, Calle Abajo y Calle Arriba de Las Tablas, celebren sus fiestas, está vez de manera virtual.

Las tunas de Calle Arriba y Calle Abajo de Las Tablas han organizado una serie de eventos y producciones para promover la trayectoria e historia de esta celebración que data de hace 200 años.

La Calle Arriba de Las Tablas ha programado una serie de transmisiones donde se relatan los hitos más importantes de esta organización que ha promovido la cultura y el folclore de la región central del país. Entrevistas a reinas, artistas e importantes íconos de la tradición tableña. Mientras que la Calle Abajo de Las Tablas ha presentado eventos musicales y entrevistas a diversas soberanas.

El impacto económico que ha dejado de percibir el pueblo tableño con la suspensión del carnaval supera los 15 millones de dólares. 

Historia del carnaval tableño

La tradición del carnaval así como se celebra en diversas regiones del país, nació hace más de 200 años cuando nacía el pueblo tableño. Una historia que se remonta al año 1671 cuando tras la destrucción de Panamá la Vieja, un grupo de personas llegó a lo que hoy se llama el Puerto de Mensabé tras huir de los piratas que habían tomado la ciudad.

Los navegantes llevaron consigo la imagen de una santa crucificada y prometieron levantar un altar si llegaban con bien a tierras tranquilas, así llegaron al sur del istmo. Los nuevos colonos llegaron a una ermita alli los lugareños veneraban a la Santa Cruz. Los nuevos vecinos levantaron sus viviendas con las tablas de la embarcación donde habían viajado.

Allí ofrecieron un altar a Santa Librada. Desde ese entonces y con el pasar de los años cuenta la historia, se registraron diferencias entre los seguidores de la Santa Cruz y Santa Librada, que fueron mediadas posteriormente y al final Santa Librada se convirtió en patrona del pueblo tableño, mientras que la tradición de puyas y sana rivalidad continuó y perdura hasta nuestros días.

 

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