Un estudio reveló que la pandemia por la COVID-19 arrastró en un 25% la caída del empleo formal, con una pérdida del 19.3% de pérdida en los ingresos laborales.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CELAC) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), presentaron ayer el estudio Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. La dinámica laboral en una crisis de características inéditas: desafíos de política.
El informe reveló que la crisis provocada por la pandemia COVID-19 estaría arrastrando la pérdida de 47 millones de empleos en la región.
El retorno al nivel de actividad económica pre-pandemia tomará varios años, advirtieron ambos organismos, lo que se traducirá en una lenta recuperación del empleo.
Las estimaciones dibujan tres escenarios. Si se mantuviera una tasa de crecimiento promedio del Producto Bruto Interno (PIB) regional de 3.0%, solo se alcanzaría en 2023, el nivel de PIB que existía en 2019.
Con una tasa promedio mostrada en la última década (1.8%), se alcanzaría recién en 2025 el nivel de PIB de 2019.
En tanto que, con la tasa promedio del último sexenio (0,4%) no se alcanzaría en la próxima década.
Las mujeres y los jóvenes los más impactados
La pandemia tuvo efectos estructurales, explicó Alicia Bárcenas, secretaria ejecutiva de la CEPAL.
La incidencia en grupos vulnerables como los trabajadores informales, las mujeres, los trabajadores de menor nivel educativo, y en los jóvenes; ha sido alta.
El empleo formal, mostró una caída del 25% en el primer semestre de este año, impulsado por la reducción de horas laborales, caída de salarios, y despidos.
Las mujeres, son las más afectadas por el retiro del mercado para asumir tareas de cuidado.
El trabajo informal, cayó un 14%. Este descenso estuvo impulsado por las medidas de restricción como el distanciamiento, las prohibiciones de circulación, y la reducción de hogares como empleadores, acotó Bárcenas.
La pérdida de ingresos laborales se estimó en un 19,3% en los primeros tres trimestres de este año
De acuerdo con el estudio, los asalariados públicos son los menos golpeados. Han mantenido sus fuentes de trabajo.
En contraste, los asalariados de las empresas privadas mostraron una caída de -14.7% de variación interanual del número de ocupados.
El propio sector empleador -dueños de micro y medianas empresas – registraron un desplome de -27.9%.
Los trabajadores por cuenta propia mostraron una caída de -20.5%, en tanto que los trabajadores familiares no remunerados un -24.3%, y los trabajadores domésticos remunerados; -32.2%.
La variación de la fuerza de trabajo refleja que en las mujeres es mayor (-15.4%) mientras que en los hombres fue de -11.4%.
“El cierre definitivo o temporal de muchas empresas o su necesidad de operar parcialmente redundaron en el despido de trabajadores o la aplicación de otras medidas, como el adelanto de vacaciones, la disminución de horas de trabajo y salarios y la suspensión temporal de la relación laboral”, expresa el informe.
Se observó un cambio en la forma de trabajar, caracterizado por una mayor difusión del trabajo a distancia, mayores medidas de seguridad e higiene y cambios en los modelos de negocios.
Predominando una mayor utilización de los canales de comercialización en línea y la transformación de los productos o servicios ofrecidos.
La generación del confinamiento
El empleo de los jóvenes durante la crisis del COVID-19, la pandemia ha afectado fuertemente a los jóvenes entre 15 y 24 años.
Este impacto afecta particularmente a los que se incorporan al mercado laboral por primera vez.
Vinicius Pinheiro, director regional de la OIT para LAC, alertó que existe el peligro de que 360 mil niños y niñas de la región, vuelvan al trabajo infantil.
Este retroceso, representa la destrucción del capital humano, acotó.
Según datos disponibles de cuatro países de la región, la caída en el empleo para las personas en este rango de edad fue de -7.8 puntos porcentuales con respecto al segundo trimestre de 2019.
Para los mayores de 25 años fue de -7.3 puntos porcentuales.
El aumento en la tasa de desocupación de los jóvenes en el segundo trimestre de 2020 fue mayor que para los adultos (3.4 en contraste con 1.8 puntos porcentuales).
Ambos organismos sugieren promover la inserción laboral de los jóvenes combinando entrenamiento en aula con una etapa posterior de pasantía en empresas.