En días pasados propuse algunas ideas para rescatar la patria y reconstruir nuestro país. Entre ellas, apreciar y defender la libertad, dejar un poco el materialismo en la sociedad, que tanto daño nos hace, pues produce tanto el clientelismo como la corrupción, y construir un gran proyecto nacional que nos una.

Ahora quiero hablar de lo económico. Panamá, históricamente un país rico lleno de pobres, con una injusticia social marcada pero con un crecimiento económico distinto a las economías de los demás países centroamericanos, producto de una economía de servicios, siendo el Hub y líder de algunos componentes, una moneda sólida, un sistema financiero fuerte, con una posición geográfica y el Canal de Panamá. Por esto, considero que deberiamos implementar el modelo más exitoso de la historia: La Economía Social de Mercado.

La Economía Social de Mercado, logró la reconstrucción económica, moral y cultural de Alemania, devastada luego de la Segunda Guerra Mundial, bajo el liderazgo del Demócrata Cristiano Konrad Adenauer, y su ministro de Hacienda, Ludwig Erhard.

Es un sistema basado en el respeto de la propiedad privada y una competencia funcional de mercado, en un estado de derecho de potencial influencia, con compensaciones sociales inherentes. En otras palabras, acepta los conceptos del liberalismo jurídico, pero con un Estado fuerte que evite el libertinaje, y la deslealtad en la competencia (monopolios, oligopolios).
Sus principios son autorresponsabilidad, solidaridad y subsidiariedad. Esto quiere decir que sus ciudadanos tienen un alto sentido de responsabilidad con la sociedad, saben elegir bien entre las opciones, y un alto respeto a la ley, ayuda al prójimo, y la intervención del Estado para realizar la acción solidaria para satisfacer las necesidades que las familias, personas o comunidades no puedan atender por sí mismas.

Porque son solidarios y subsidiarios? La solidaridad es hacer el prójimo todo lo que se pueda hacer por él o por ella, mientras que la subsidiariedad conlleva a no hacer por el prójimo lo que el prójimo pueda hacer por sí mismo. Si el Estado hace por el prójimo, lo que este puede hacer por sí mismo, esto significa que le coarta su capacidad de autorrealizarse y de potenciar las habilidades que la persona tiene. Entendemos que no todos nacemos con las mismas oportunidades y por eso hay que ser solidarios, hasta el momento en que a la persona se le brinde las herramientas para superarse.

El crecimiento económico no es suficiente. Para salir del subdesarrollo requerimos un sistema que promueva el mercado, abierto al mundo, pero que brinde justicia social a los panameños, que promueva un medio ambiente sano, con ciudades verdes y amigables, donde las personas sientan, a lo largo y ancho del país, las bondades del crecimiento económico (equidad).

Este sistema es perfectamente aplicable en Panamá, debido a los designios y bendiciones que Dios nos dio y muchos panameños han construido. No perdamos la oportunidad de cambiar el sistema, donde por un lado tenemos subsidios que probablemente no realizan su cometido, y por otro,podremos pasar del crecimiento económico y desarrollo económico, logrando la justicia social.