España avanza, pero con heridas internas

La victoria de la selección femenina de fútbol de España en el Mundial que se juega en Australia y Nueva Zelanda marca un evento histórico para el deporte del país ibérico.

Las españolas lograron una inédita clasificación a semifinales con un sufrido triunfo en tiempo adicional 2-1 sobre Holanda, que era la vigente sub campeona del mundo.

A pesar del heróico y merecido triunfo, una imagen simbolizó la situación que se vive dentro del onceno peninsular. Justo al escucharse el pitazo final, el técnico español Jorge Vilda brincó del banquillo para abrazar a sus pupilas.

Sin embargo, ninguna de las jugadoras que terminaron el partido acudió a dar cariño al seleccionador; más bien, trataban de eludirlo. Hay una razón para este comportamiento; una razón muy fuerte.

En septiembre del año pasado, las jugadoras más importantes del equipo, encabezadas por Alexia Putellas, exigían la dimisión de Vilda, quien desde el año 2015 es el seleccionador del onceno femenino de España. El anterior entrenador, Ignacio Quereda, también sufrió una especie de boicot de las jugadoras, por su supuesta «mala praxis» en perjuicio de la armonía del equipo.

Según un grupo de 15 seleccionadas, el entrenador Vilda es un individuo «autoritario, dictatorial e incorregible». La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) respaldó a Vildas, agregando mayor tensión en el seno del plantel. Una de las denuncias de las jugadoras es que el seleccionador las obligaba a tener las puertas de sus habitaciones abiertas hasta las doce medianoche. «Él no respeta ni nuestra intimidad ni nuestro descanso. Su control es enfermizo», señalaron en ese momento.

Llegando al Mundial, y siendo un equipo con un talento superlativo, España estaba en el grupo de favoritas para llevarse el torneo. Sin embargo, el tropezón ante Japón (una derrota 4-0) prendió las alarmas e hizo a Vildas tomar decisiones importantes.

Así, la portera titular Misa Rodríguez fue relegada a la suplencia, dándose la responsabilidad a Cata Coll. Putellas ha salido de suplente en los cinco partidos de España en el torneo. Esther Rodríguez es la capitana y Salma Paralluelo, la chica de 19 años que es una maravilla en la cancha, mantuvo la titularidad por sobre quienes la cuestionaban en el seno del equipo.

Tras el desplante de las jugadoras contra Vilda, la RFEF publicó en su cuenta oficial fotos donde se aprecia a algunas abrazando al seleccionador, tratando de minar la tensión que se percibe a extramuros.

España se medirá a Suecia en una de las semifinales el martes 15 de agosto ante Suecia, que dejó en el camino a Japón en triunfo 2-1.

 

 

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