Sócrates y la Caja de Seguro Social

Una de las frases más conocidas del filósofo Sócrates es aquella de dice: “solo sé que nada sé”. El significado último de esta frase es la humildad ante el yo soberbio, el pequeño tirano que llevamos dentro y que pretende conocerlo todo y recetar en base a esa íntima todología.

Debo confesar que hemos visto torrencialmente la frase en acción en el caso de la propuesta del Ejecutivo para resolver el laberíntico problema de la Caja de Seguro Social.

Desconocía y estoy asombrado de la cantidad de genios actuariales que existen en el país. Se aplaude el deseo de participación en proponer reformas al proyecto presentado y filtrado por un auténtico y reconocido actuario; ciencia que combina estadística, economía y matemáticas, analizadas en un contexto del pasado con proyección a futuro y mucho sentido común.

Del desfile de centenares de bien intencionados, mal intencionados y superlativamente mal intencionados ciudadanos, muchos de los cuales defienden intereses en la Asamblea, solo pueden rescatarse un puñado de opiniones y sugerencias válidas.

Le toca ahora a los diputados despojarse de partidismo y cálculo político y abrazando con humildad el “solo sé que nada sé” Socrático, apelar al sentido común de informarse y ponderar las pocas opiniones de los que realmente saben y acoger aquellas modificaciones que resuelvan el problema no que lo emparchen y transfieran en el tiempo.

Por mi parte, dentro del mundo de Sócrates, sólo una cosa sé y es muy general: debe resolverse el problema ahora, pues el futuro de todos panameños requiere una tregua en las contradicciones de la política criolla; el no mezclar temas en lo que pueden ser críticas a un gobierno, que en democracia siempre las hay, con razón o sin ellas, y un compromiso de solucionar esto. De no hacerlo, lo lamentaremos todos.

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