Los diputados tienen la responsabilidad de decidir sobre la nueva ley de la Caja de Seguro Social. Salir a decir que no están de acuerdo con el aumento de la edad de jubilación no tiene lógica. Y es que ellos pueden modificar el proyecto de ley y establecer lo que consideran mejor. El pronunciamiento se lee como una jugarreta política más que un planteamiento serio por el beneficio de la sociedad. El Ejecutivo presentó un proyecto que tiene, entre otras cosas, tres temas centrales: Aumento en tres años a la edad de jubilación; aumento en tres por ciento la cuota patronal y el tema de la cesión a administradoras privadas de fondos de la Caja a criterio del director. Los diputados solo tienen que hacer los cambios que proponen y aprobarlo. Tocará al Ejecutivo vetarlo o sancionarlo. Con el pronunciamiento público de los diputados, parecieran anunciar que quieren rechazar el proyecto o presionar a que el Ejecutivo lo retire. Lo peor es que estamos jugando con fuego, porque la economía panameña tiene una espada de Damocles con la pérdida del grado de inversión. Lo peor es que los diputados están haciendo política con la ley de la Caja. Eso se puede entender de un grupo que políticamente está en contra de la ley y quiere que el proyecto se caiga. Ese grupo lo hizo en el gobierno pasado y parece que está siendo efectivo hoy con lo que plantean los diputados. Es una jugarreta perversa. ¡Así de simple!
Editorial escrito por el periodista Gerardo Berroa Loo