El resquebrajamiento de la sociedad es un hecho notorio y real y es hora de tomar decisiones muy serias. Se trata de darle valor a la familia como piedra angular de la sociedad. Y es que los años han pasado y al priorizar lo económico por encima de lo social, lo que hemos logrado es deteriorar los valores cívicos y morales. Este deterioro ha trastocado lo más valioso de la humanidad y nos ha aislado, nos ha vuelto egoístas y, sobre todo, nos ha transformado. Pero el mundo entró en un período donde ya lo importante no es ser rico, sino feliz. Y la felicidad no se logra si no priorizamos la familia, la comunidad y el entendimiento entre nosotros. ¿Hace cuánto no vemos una campaña para rescatar los valores cívicos y morales? Sencillamente hemos permitido que la propaganda superflua contraria a los valores tradicionales nos arrastrara hacia un ambiente hostil e inhumano. Tenemos que revertir ese problema. De hecho, con la discusión de las reformas de la Caja, la prioridad es salvar la institución, más no a los jubilados, cuando debe ser salvar la Caja y tener jubilados felices. Tenemos que rescatar los valores cívicos y morales y hacer que cada hogar, cada persona, los practique como forma de vida. Y es que, con valores, el país camina hacia el desarrollo humano. ¡Así de simple!
Editorial escrito por el periodista Gerardo Berroa Loo