El presidente Vladimir Putin ha firmado un decreto que modifica significativamente la doctrina nuclear rusa, reduciendo los umbrales para un potencial uso de armas atómicas. Este movimiento se produce en un momento crítico del conflicto ucraniano, apenas días después de que Estados Unidos autorizara a Ucrania a usar misiles de largo alcance ATACMS contra territorio ruso.
La nueva doctrina amplía los escenarios en los que Rusia considera legítimo el uso de armas nucleares. Anteriormente, solo se contemplaba su uso ante una «amenaza a la existencia misma del Estado», ahora se incluyen amenazas a la «soberanía o integridad territorial».
Puntos destacados de la nueva doctrina:
- Posibilidad de usar armas nucleares si un estado no nuclear cuenta con apoyo de una potencia nuclear
- Consideración de ataques con misiles convencionales de alta precisión como potencial detonante nuclear
- Inclusión explícita de Bielorrusia como aliado nuclear
Contexto geopolítico: escalada de tensiones
La decisión de Putin llega tras la autorización estadounidense para que Ucrania utilice misiles ATACMS en territorio ruso. El primer ataque confirmado ocurrió el 19 de noviembre, cuando misiles ucranianos impactaron un depósito de municiones en la región rusa de Bryansk.
Las declaraciones de funcionarios rusos han sido particularmente agresivas:
- Dmitri Medvedev sugirió la posibilidad de ataques nucleares contra Kiev e instalaciones de la OTAN
- Andrei Kartapolov advirtió que Biden «cerraría la tapa de su propio ataúd»
- El canciller Serguéi Lavrov habló de una «nueva fase de guerra occidental contra Rusia»
Por su parte, Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, calificó estas amenazas como «completamente irresponsables».
Implicaciones estratégicas
Aunque la retórica nuclear es intensa, analistas occidentales señalan que la guerra actual parece favorable a Putin. Las fuerzas rusas avanzan en el este de Ucrania, mientras Kiev lucha por mantener su personal y moral.
La elección de Donald Trump como próximo presidente de Estados Unidos ha generado esperanzas en Rusia de un eventual acuerdo de paz en términos favorables para el Kremlin.
Búnkeres y Preparación
Paralelamente al decreto nuclear, el Instituto Panruso de Investigación para la Defensa Civil ha iniciado la producción masiva de búnkeres portátiles Kub-M, capaces de albergar 54 personas. Sin embargo, expertos como el físico Andréi Ozharovski cuestionan su efectividad real contra una explosión nuclear.
Putin ha reducido efectivamente el umbral para una potencial respuesta nuclear, enviando un mensaje claro de advertencia a Occidente. La nueva doctrina refleja la creciente frustración rusa con el apoyo militar occidental a Ucrania y busca disuadir futuras escaladas del conflicto.
La comunidad internacional observa con preocupación estos desarrollos, consciente de que cada movimiento puede desencadenar consecuencias imprevisibles en un conflicto cada vez más complejo.