En los últimos días hemos conocido sobre la desaparición de muchos niños y adolescentes. La Alerta Amber se ha puesto de moda. Y las redes sociales y medios digitales están haciendo un trabajo importante con la divulgación de la información apenas se pone la alerta. Por fortuna, la mayoría de los casos ha tenido final feliz. El trágico desenlace del jovencito de 16 años Juan David García, empero, es un ejemplo de que tenemos que seguir con esta alerta y activar la búsqueda de inmediato, porque no todos los casos terminan con un resultado favorable. Pero también es necesario advertir que las familias mantengan una convivencia sana en el hogar, para que no obliguen a muchos de sus hijos a escapar porque no encuentran satisfacción en sus casas. La familia es la célula básica de la sociedad y todos debemos contribuir para que haya un reencuentro, más que ahora hay una especie de disgregación y conflictos que impiden nuestro propio desarrollo. La familia es fundamental y la calidad de vida de adulto tiene su base en el hogar. Es preocupante la cantidad de niños y adolescentes que escapan de sus hogares, así como la cantidad de casos en los que personas intentan el secuestro o el tráfico de estos seres humanos inocentes. A nuestra Asamblea, que se ocupe en hacer los correctivos que sean necesarios para que la Alerta Amber sea más efectiva. Tenemos que proteger a nuestros niños y adolescentes y hacer que la familia se convierta en un lugar de convivencia ideal para alcanzar la felicidad. Hagamos de esta campaña una cruzada nacional, para que ningún otro niño o adolescente viva una tragedia como la de Juan David. ¡Así de simple!

Editorial escrito por el periodista Gerardo Berroa Loo