En un mundo cada vez más digitalizado, la industria de semiconductores se erige como un pilar fundamental de la economía global. Con un mercado que proyecta alcanzar los 588,000 millones de dólares en 2024, Panamá se encuentra ante una oportunidad sin precedentes para transformar su economía y posicionarse como un actor clave en este sector estratégico.
El potencial de Panamá para incursionar en nichos específicos como el ensamblaje, prueba, empaque y distribución de semiconductores es innegable. Su ubicación geográfica privilegiada, combinada con una infraestructura logística de primer nivel, posiciona al país como un centro estratégico ideal para las operaciones regionales de empresas de alta tecnología.
Sin embargo, para capitalizar esta oportunidad, es imperativo desarrollar una estrategia integral. La reciente selección de Panamá como sede de las sesiones de la Red Informal de Intercambio de Semiconductores de la OCDE es un paso significativo en esta dirección. Este evento no solo brindará acceso a conocimientos valiosos, sino que también facilitará la creación de alianzas estratégicas cruciales.
El desarrollo de la mano de obra local es un componente crítico de esta estrategia. Las iniciativas de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación para formar talento especializado, incluyendo pasantías en universidades de renombre, son pasos en la dirección correcta. No obstante, se requiere un esfuerzo sostenido y ampliado para crear un ecosistema robusto que incluya educación, investigación y desarrollo.
Panamá tiene la oportunidad de convertirse en un centro regional de semiconductores, con el potencial de generar unos 7,000 millones de dólares y transformando su economía. El momento de actuar es ahora. Con una visión clara, inversión estratégica y colaboración entre el gobierno, la academia y el sector privado, Panamá puede asegurar su lugar en la vanguardia de esta revolución tecnológica.