La maestra de la fantasía infantil neerlandesa

Las obras de Dragt se caracterizan por su solidez argumental y su capacidad para crear mundos fantásticos que parecen reales

Tonke Dragt, una de las autoras neerlandesas de literatura infantil y juvenil más reconocidas y premiadas, falleció el pasado sábado a los 93 años en La Haya, según anunció su editorial Leopold. Su legado perdurará en generaciones de lectores que han crecido con sus historias llenas de aventura, misterio y fantasía.

Dragt comenzó su carrera como profesora de dibujo, donde cautivaba a sus alumnos con historias inventadas sobre la marcha. Esta habilidad para la narración oral daría lugar a su obra más emblemática, «La carta al rey», publicada en 1962. El libro nació de una historia contada en clase sobre Tiuri, un escudero de 16 años aspirante a caballero, cuya misión secreta mantuvo en vilo a sus estudiantes.

«La carta al rey» se convirtió rápidamente en un fenómeno literario. Traducido a más de 30 idiomas y con ventas superiores a los tres millones de ejemplares, el libro ha pasado de padres a hijos en los Países Bajos, convirtiéndose en un clásico de la literatura infantil.

El sendero del éxito y el reconocimiento

El éxito de «La carta al rey» catapultó la carrera de Dragt. En 1963, la obra fue elegida Libro infantil del año en lengua neerlandesa. En 1976, la escritora recibió el Premio Estatal de Literatura Infantil y Juvenil, y en 2004, el prestigioso Griffel der Griffels, reconociendo «La carta al rey» como la mejor obra de su clase de los últimos cincuenta años.

La popularidad de sus historias trascendió el papel, inspirando adaptaciones audiovisuales. En 2008 se estrenó en los Países Bajos una película basada en «La carta al rey», y en 2020, Netflix produjo una serie de seis episodios inspirada en la obra.

Una vida de aventuras y creatividad

Nacida en 1930 en Batavia (actual Yakarta, Indonesia), la vida de Dragt estuvo marcada por experiencias que nutrirían su imaginación. Durante la Segunda Guerra Mundial, ella y su familia fueron internados en campos de prisioneros bajo el dominio japonés. En estas difíciles circunstancias, la joven Tonke encontró en la escritura un escape, llegando incluso a usar papel higiénico cuando no había otro disponible.

Tras la guerra, la familia Dragt se trasladó a los Países Bajos, aunque regresaron brevemente a Indonesia antes de establecerse definitivamente en Europa. Estas experiencias en diferentes culturas y entornos enriquecieron el universo creativo de Dragt, reflejándose en la naturaleza exuberante y los misterios que pueblan sus historias.

Un estilo único y atemporal

Las obras de Dragt se caracterizan por su solidez argumental y su capacidad para crear mundos fantásticos que parecen reales. Sus temas favoritos incluían las ciencias naturales, la robótica, la telepatía y la ciencia ficción, elementos que combinaba hábilmente en sus narraciones.

Además de escribir, Dragt ilustraba sus propios libros, incorporando motivos recurrentes como relojes, gatos, espejos, escaleras, tigres y robots. Cuando su vista comenzó a fallar, adaptó su estilo artístico al collage, manteniendo viva la riqueza visual de sus obras.

Un legado que perdura

La obra de Tonke Dragt no se limitó a «La carta al rey». Otros títulos como «Los secretos del bosque salvaje», «El enigma del séptimo paso», «Piedra de luna azul» y «El secreto del relojero» ampliaron su universo literario, siempre manteniendo ese equilibrio entre fantasía y realismo que caracterizaba su estilo.

En una entrevista concedida a El País en 2007, Dragt expresó su gusto por describir mundos fantásticos con realismo y sin tópicos. Esta filosofía creativa le permitió construir historias que, si bien ambientadas en mundos de fantasía, reflejaban temas universales como la iniciación, el paso de la infancia a la adolescencia y el crecimiento personal.

El fin de una era

Con el fallecimiento de Tonke Dragt, la literatura infantil neerlandesa pierde a una de sus voces más originales y creativas. Su capacidad para crear mundos imaginarios que resonaban con la realidad de sus jóvenes lectores la convirtió en una pionera de la literatura infantil de fantasía y ciencia ficción en su país.

Su legado, sin embargo, vivirá a través de sus libros, que continúan cautivando a nuevas generaciones de lectores. Las aventuras de Tiuri, los misterios de sus bosques encantados y los enigmas de sus mundos paralelos seguirán inspirando la imaginación de niños y jóvenes en todo el mundo, asegurando que el nombre de Tonke Dragt permanezca como un faro de creatividad en la literatura infantil y juvenil.

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