La selección argentina de fútbol logró su decimosexto título de la Copa América, consolidándose como el máximo ganador del torneo, al derrotar a Colombia por 1-0 en la final disputada el 15 de julio de 2024 en Miami, Estados Unidos. El gol de la victoria llegó en el tiempo extra gracias a Lautaro Martínez, quien también se alzó con el título de goleador del torneo.

El partido, celebrado en el Hard Rock Stadium, estuvo marcado por la controversia desde antes del pitido inicial. La seguridad se vio desbordada cuando miles de aficionados, en su mayoría colombianos, lograron ingresar al estadio sin entradas, provocando un retraso de 75 minutos en el comienzo del encuentro. Este incidente generó caos, dejando heridos y detenidos, además de impedir el acceso a muchos espectadores con entradas válidas.

Una vez en el terreno de juego, ambos equipos protagonizaron un encuentro reñido. Colombia comenzó dominando la posesión y generando las primeras ocasiones claras de gol. A los 6 minutos, Jhon Córdoba estrelló un remate en el poste, mientras que a los 12, el arquero argentino Emiliano «Dibu» Martínez logró controlar un cabezazo de Cuesta tras un córner ejecutado por James Rodríguez.

Argentina equilibró el juego conforme avanzaba el primer tiempo, con Ángel Di María y Lionel Messi combinando para crear peligro. Sin embargo, el marcador permaneció sin cambios al descanso.

El segundo tiempo trajo consigo un momento crucial cuando Messi, visiblemente dolorido, tuvo que abandonar el campo a los 65 minutos. El capitán argentino, que disputaba su quinta final de Copa América, se retiró entre lágrimas, con evidentes signos de lesión en el tobillo derecho. Su salida pareció galvanizar al equipo albiceleste, que intensificó su dominio en los minutos finales del tiempo reglamentario.

Con el marcador aún igualado a cero, el partido se extendió al tiempo extra. Fue entonces cuando Argentina logró romper el empate. A los 6 minutos del segundo tiempo suplementario, una brillante jugada colectiva culminó con Lautaro Martínez definiendo con precisión ante el portero Camilo Vargas. Este gol no solo le dio la victoria a Argentina, sino que también coronó a Martínez como máximo goleador del torneo con cinco tantos.

El triunfo tiene un significado especial para Argentina, ya que marca su cuarto título consecutivo en competiciones mayores, tras la Copa América 2021, el Mundial de Qatar 2022 y la Finalissima 2022. Este logro sin precedentes en Sudamérica solo encuentra paralelo en la hazaña de la selección española entre 2008 y 2012.

Para el entrenador Lionel Scaloni, esta victoria representa su cuarto título al frente de la selección argentina, consolidando un ciclo extraordinariamente exitoso. Por su parte, Ángel Di María, quien disputó su último partido con la Albiceleste, recibió una ovación al ser sustituido en los minutos finales, cerrando así su carrera internacional con otro título.

Colombia, dirigida por Néstor Lorenzo, vio truncada su búsqueda de un segundo título continental, tras el obtenido como anfitriones en 2001. A pesar de la derrota, el equipo cafetero dejó una impresión positiva en el torneo, con James Rodríguez siendo elegido como el mejor jugador de la competición.

Esta final no solo consolidó a Argentina como la potencia dominante del fútbol sudamericano actual, sino que también planteó interrogantes sobre el futuro de Lionel Messi en la selección. Con 37 años y evidentes problemas físicos durante el torneo, queda por ver si el astro argentino estará presente en el Mundial 2026, que también se disputará en suelo estadounidense.

La victoria argentina, lograda sin su capitán en el campo durante gran parte del partido, demostró la fortaleza colectiva de un equipo que ha sabido trascender las individualidades para construir un proyecto ganador a largo plazo. La imagen de Messi levantando el trofeo, compartiendo el momento con veteranos como Di María y Nicolás Otamendi, simboliza el cierre de un ciclo dorado para una generación que ha reescrito la historia del fútbol argentino.

En el horizonte inmediato, Argentina se prepara para enfrentar a España, reciente campeona europea, en una nueva edición de la Finalissima en 2025, en lo que promete ser otro duelo de titanes entre los actuales monarcas continentales.