El Gobierno de la República de Panamá no autorizó la utilización de un inmueble ubicado junto a la embajada de Nicaragua, tensando así las relaciones entre ambos países, por el asilo que la sede diplomática concedió al ex presidente Ricardo Martinelli.
En un comunicado emitido la tarde de este lunes, el Ministerio de Relaciones Exteriores protestó ante la cancillería nicaragüense por lo que calificó como «la actitud permisiva» mostrada por el gobierno del país centroamericano contraviniendo «de manera abierta y desafiante» el desarrollo de sus funciones diplomáticas en nuestro país.
«El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Panamá rechaza que, al amparo de una supuesta protección, el señor Ricardo Alberto Martinelli Berrocal, continúe utilizando la sede diplomática nicaragüense en Panamá con fines político-partidistas, con el silencio de sus autoridades, lo cual, para sus efectos, es una abierta intromisión en los asuntos internos panameños, por parte del Gobierno de Nicaragua», señala el comunicado.
De igual forma, en otra comunicación, el Ministerio de Relaciones Exteriores señaló que no reconoce el traslado a una casa contigua a embajada, para ser utilizada como un consulado, ya que esto no cuenta con el beneplácito del gobierno panameño.
La no aceptación de la solicitud que hizo la embajada nicaragüense fue comunicada vía telefónica a la Cancillería de Nicaragua, señalando que no reconoce privilegios ni inmunidades diplomáticas en el lugar, y que tampoco puede realizarse ninguna actividad del Gobierno de Nicaragua.
«Panamá le exige a Nicaragua observar su obligación internacional de asegurar que su sede diplomática en Panamá preserve las condiciones establecidas en la Convención de Viena, sobre Relaciones Diplomáticas, de 1961», señala la Cancillería panameña.