La hora de la verdad se acerca en Panamá. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, los ciudadanos enfrentamos una decisión crucial sobre el futuro de nuestra nación. Dos crisis fundamentales ponen a prueba el temple de los candidatos presidenciales: la quiebra inminente del sistema de pensiones de la Caja de Seguro Social y la escasez endémica de agua potable. ¿Cuáles son sus propuestas viables para rescatar estas instituciones corroídas por la corrupción y la negligencia?
Según la Contraloría General, la Caja acumula un déficit actuarial de $11 mil millones, mientras que más del 40% de la población sufre interrupciones diarias en el suministro de agua, de acuerdo con el Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados. Estas son crisis que requieren soluciones audaces y efectivas, no más parches y promesas hueras.
Los candidatos serios deben presentar estrategias detalladas, con metas e indicadores concretos, para sanear financieramente la Caja y garantizar el acceso universal al agua potable. Necesitamos gobernantes capaces de enfrentar la corrupción con decisión, no populistas que ofrezcan soluciones mágicas. Es hora de votar con la cabeza, no con el corazón.
Cualquier plan que ignore la realidad fiscal de la Caja o el deterioro de la infraestructura hídrica nace muerto. Los ciudadanos debemos exigir propuestas viables, basadas en datos duros, no en fantasías. Y debemos castigar en las urnas a quienes pretenden ganar con promesas demagógicas.
Ha llegado la hora de la verdad. El futuro de Panamá estará moldeado por la capacidad de discernimiento de los votantes. Es momento de analizar a fondo y elegir a conciencia. El voto responsable es la mejor defensa frente a la decrepitud institucional. No podemos equivocarnos