Piedad Córdoba: una vida marcada por la controversia y los claroscuros

Si bien Córdoba fue clave en la liberación de secuestrados, algunas víctimas como Íngrid Betancourt cuestionaron su papel

La sorpresiva muerte de la senadora Piedad Córdoba a los 68 años de edad ha conmocionado a la opinión pública en Colombia. Córdoba fue una figura controvertida que despertó tanto fervores como rechazos a lo largo de su extensa trayectoria política.

Una carrera definida por las causas sociales

Nacida en Medellín en 1955, Córdoba inició su carrera política en los años 80 bajo la tutela del dirigente liberal William Jaramillo. Fue elegida concejal y diputada regional antes de llegar al Congreso en 1991 como representante liberal.

Desde sus inicios, abrazó causas sociales y mostró cercanía con sectores marginales. Fue una dura opositora a los gobiernos de turno, incluyendo al de su propio partido. Logró una curul en el Senado en 1994, iniciando un periodo de 16 años como congresista.

El secuestro que marcó su vida

Un hito definitorio en su trayectoria fue su secuestro en 1999 por 14 días a manos de las AUC, el grupo paramilitar liderado por Carlos Castaño. Córdoba afirma que se negó a ceder ante sus captores, mostrando una actitud desafiante.

Este episodio acrecentó su interés por acercarse a grupos armados para buscar la liberación de secuestrados. También fortaleció su rechazo hacia el paramilitarismo y la «parapolítica».

Cercanía con Chávez y las FARC

Ya como senadora, Córdoba cultivó una estrecha relación con el presidente venezolano Hugo Chávez. Esto le granjeó críticas de sectores uribistas que la tildaban de ser afín a gobiernos izquierdistas latinoamericanos.

Bajo el gobierno de Álvaro Uribe, Córdoba participó como facilitadora en el acuerdo humanitario de 2007 para el intercambio de secuestrados de las FARC. Esta labor intensificó los señalamientos sobre sus presuntos vínculos con la guerrilla.

Logros y sombras en los procesos de paz

Si bien Córdoba fue clave en la liberación de secuestrados, algunas víctimas como Íngrid Betancourt cuestionaron su papel, sugiriendo intereses políticos detrás de estas gestiones. No obstante, consiguió la libertad de numerosos rehenes entre 2008 y 2011.

Estas actuaciones en una zona gris como mediadora de paz le granjearon apoyos entre sectores sociales, pero también investigaciones judiciales por sus controvertidos métodos y supuestas alianzas.

Caída y retorno a la política

Tras ser destituida e inhabilitada de cargos públicos en 2010, Córdoba pasó al ostracismo. Empero, en 2016 el Consejo de Estado revocó estas sanciones. Su regreso se concretó con el Pacto Histórico de Gustavo Petro, en cuya lista obtuvo de nuevo una curul en 2022.

No obstante, los últimos años estuvieron marcados por problemas de salud y el caso judicial de su hermano en EEUU por narcotráfico, lo que siguió debilitando su imagen. Su inesperada muerte cierra un capítulo complejo de la historia política colombiana.

Un legado controversial

Más allá de posturas encontradas, es innegable que Córdoba deja un legado controversial por su tenaz lucha desde la izquierda, su incansable búsqueda de la paz y su inclaudicable defensa de causas sociales. Sus métodos y supuestas alianzas siguen siendo objeto de análisis.

Lo cierto es que su partida ha motivado reflexiones sobre el tortuoso camino hacia la paz que ha debido transitar Colombia. Piedad Córdoba será recordada como una figura que despertó tanto enconos como fervores, signando con sus acciones la política nacional.

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