Siempre se ha señalado que el agua es el principal recurso con que cuenta el planeta Tierra. La dependencia que tiene la humanidad de ella es absoluta. El reto de contar con agua es el mayor que afronta el Canal de Panamá, en momentos en que su carencia afecta su operatividad y por ende, los ingresos para el país.
El administrador de la vía acuática, Ricaurte Vásquez, considera que la falta de lluvias en la cuenca del Canal es algo sobre lo que se deberá trabajar con mayor énfasis, tomando en cuenta que se compite en desventaja con otras rutas como el Canal de Suez, cuya fuente hídrica es el océano, a diferencia de Panamá, que necesita tener una gran cantidad de agua dulce (de lluvia) para mantener su operación.
Debido a la escasez de lluvias, el Canal de Panamá tuvo que restringir el calado de los buques en tránsito, lo que causará una merma de 200 millones de dólares en sus ingresos para el año 2024.
La mayor preocupación para el administrador del Canal es que debido a esta situación de sequía que considera «es atípica», la vía interoceánica podría perder competitividad ante la imposibilidad de paso por la restricción en el calado de los buques que pueden en estos momentos pasar por la ruta.
Expertos aseguran que el Fenómeno del Niño, que ha producido una situación de inestabilidad climática, por la que no están ocurriendo las lluvias que se esperaban en este período del año.
Señalan que esta situación podría extenderse más allá del mes de diciembre de 2023, siendo lo más peligroso para la operación del Canal de Panamá que se mantenga esta inestabilidad climática.
La falta de lluvias ha causado además un aumento de la salinidad en el agua de la vía interoceánica, lo que genera otros inconvenientes. La cuenca hidrográfica del Canal, formada por los lagos Gatún y Alajuela y varios ríos, abastece de agua también a tres ciudades, incluida la capital, donde vive la mitad de la población del país.