Intratable. El japonés Naoya Inoue consiguió un hito en el boxeo mundial y de su país, al noquear al estadounidense Stephen Fulton para ceñirse las coronas del peso súper gallo del Consejo y la Organización Mundial de Boxeo.
Inoue no desperdició la oportunidad de vencer al estadounidense que se dio en el octavo asalto, tras fuertes combinaciones a la cabeza y al cuerpo, que hicieron caer a Fulto, quien sobrevivió a la cuenta de protección del árbitro panameño, Héctor Afú.
El japonés vio la puerta abierta de par en par para liquidar el pleito, se fue encima de su oponente para derribarlo nuevamente, dejándolo en muy malas condiciones y obligando a Afú a detener la desigual contienda.
A pesar de contar con un boxeo depurado y desplazamientos bien coordinados, Fulton no pudo con el fuerte tren de combate que impuso el japonés, que ganó cada uno de los cinco primeros asaltos del pleito pactado a doce vueltas.
Ya en el séptimo tramo la fortaleza del nipón era notable, con fuertes combinaciones que sacudieron la humanidad del estadounidense. Inoue no desperdició golpes al inicio del octavo capítulo, donde con una combinación de izquierda y derecha derribó a Fulton, quien se levantó a duras penas, solo para recibir otras fuertes combinaciones que lo enviaron nuevamente al tapiz, hasta que el central Afú decidiera poner fin al castigo.
La victoria fue la número 25 en igual número de presentaciones para Inoue, sumando su nocáut número 22, mientras que Fulton cayó por primera vez en su carrera.
Inoue es el primer boxeador japonés en ganar cuatro coronas mundiales en diferentes categorías del boxeo rentado, asentándose en las 122 libras donde espera combatir con el mexicano Luis Nery; pero existe igual interés en subir a las 126 libras, categoría en que la competencia es mucho más dura, pero sumamente atractiva, con peleadores como los mexicanos Mauricio «Bronco» Lara, Rey Vargas o el cubano Robeisy Ramínez.
Precisamente Ramírez, campeón pluma reconocido por la Organización Mundial de Boxeo, noqueó en esa misma velada al japonés Satochi Shimizu, para retener la corona en su primera defensa.