Natura en la ciudad

La arborización citadina es una efectiva herramienta para mitigar los severos efectos del cambio climático. Los árboles plantados dentro de la ciudad ayudan a reducir la contaminación del aire y mejoran la calidad del mismo, reducen la contaminación acústica, proporcionan abundante sombra con lo que refrescan la atmósfera, embellecen el paisaje urbano y proporcionan un atractivo hábitat para la vida silvestre. Plantar un billón de árboles, señala el Foro Económico Mundial, puede ayudar a reducir en un 25 por ciento las emisiones de dióxido de carbono en el mundo.

En Panamá, desde 2017, existe un plan de arborización de ciudades. Concebido por el Ministerio del Medio Ambiente y la Autoridad Nacional de Desarrollo Urbano, el plan busca aumentar en un 20 por ciento la cantidad de árboles en la ciudad de Panamá para el año 2025. Apunta, además, a sembrar árboles en parques, aceras y calles; y a educar al público respecto a la importancia y el papel que juegan los árboles en la mitigación de las altas temperaturas, que cada vez son más elevadas y frecuentes.

Ante los informes que sitúan a Panamá como una de las regiones que serán más severamente afectadas por las frecuentes olas de calor en el futuro cercano, cualquier medida que ayude a mitigar el cambio climático no es opcional, sino de carácter obligatorio. Un árbol maduro, establecen los entendidos, puede absorber hasta una tonelada de dióxido de carbono anualmente, lo cual es un extraordinario incentivo para aumentar la masa vegetal, tanto dentro como en los alrededores de las ciudades del país. Los beneficios se verán reflejados, sin duda alguna, en un notorio incremento en la calidad de vida de los panameños.

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