Existen contrastes que resultan indignantes por la cuota de burla y menosprecio que conllevan.
Este fin de semana se llevó a cabo la versión 37 de la Teletón 20-30 que bajo el lema “Unidos cambiamos vidas”, logró reunir 3 millones 40 mil 511 dólares con 27 centavos; sobrepasando por poco el objetivo planteado de 3 millones con 20 dólares y 30 centavos requeridos para la adecuación e implementación de un quirófano híbrido en el hospital Santo Tomás. Con este elemento hospitalario se apunta a beneficiar a 400 mil panameños atendidos anualmente en consulta externa, hospitalización y cirugías.
Afortunadamente, la ciudadanía respondió al llamado a la caridad pública para resolver, una vez más, problemas desatendidos por los distintos gobiernos que, concentrados en asuntos que les resultan más convenientes, carecen del tiempo y el interés para atender las necesidades fundamentales de la población. El de turno, por ejemplo, ante la proximidad del siguiente torneo electoral y fiel al populismo de la política tradicional, se concentra en este momento en repartir un millón 400 mil jamones adquiridos por intermedio del Instituto de Mercadeo Agropecuario a un costo de 24.9 millones de dólares.
¿Qué puede resultar más ofensivo que invertir semejante fortuna para alimentar el consabido clientelismo político con el que alcaldes y representantes, sin ningún otro criterio, buscarán asegurarse el favor de los electores? Con la cifra que se pone al servicio de las ambiciones políticas de unos pocos, 24.9 millones de dólares, se podrían asegurar alrededor de 8 quirófanos y se multiplicaría con creces la cantidad de ciudadanos beneficiados. Esto último, por supuesto, en una nación donde la prioridad fuera el bienestar general de la población. Lamentablemente, en este país los intereses y ambiciones de una pequeña banda prevalecen sobre todo lo demás.