Miles de personas han salido a la calle este martes para mostrar su oposición a la celebración de un funeral de Estado por el asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe, mientras un gran número de seguidores han depositado flores a lo largo de la jornada para conmemorar las políticas del exmandatario.
El plan del primer ministro, Fumio Kishida, para llevar a cabo el funeral de Abe ya se había topado con las críticas de parte de la opinión pública japonesa debido al coste y al significado de la figura de Abe, que podría cimentar una mayor división en la sociedad nipona.
Unas 15.000 personas se han reunido frente al Parlamento japonés a lo largo de la jornada para protestar contra el funeral, si bien otras 2.500 se han unido a una marcha que recorre las calles desde el parque Hibiya hasta la estación de Tokio, tal y como han explicado los organizadores en declaraciones a la agencia de noticias Kiodo.
En las inmediaciones del estadio Nippon Budokan, más de 200 personas se han reunido antes de tratar de acceder a las instalaciones, en las que han sido desplegados más de 20.000 agentes de Policía.
Keigo Ikeda, de 21 años y estudiante de la Universidad de Meiji, ha expresado que «no puede tolerar que se utilice el dinero de los contribuyentes para el funeral». Se estima que el coste asciende a los 1.600 millones de yenes (unos 11,4 millones de euros), si bien en un inicio el Gobierno apuntó a un coste de 249 millones de yenes (1,7 millones de euros).
Ikeda ha condenado, además, algunas de las políticas de Abe, cuyo Gobierno llevó a una reinterpretación de la Constitución y «convirtió al país en una marioneta de Estados Unidos».
Sin embargo, otras personas como Kazuo Mashiba, de 61 años y antiguo miembro del Ejército, ha señalado que Abe «ayudó a aumentar la seguridad de Japón mediante su visión de una región del Indo-Pacífico más libre».
Abe ha sido el primer ministro de Japón que más tiempo ha pasado en el cargo dado que estuvo al frente del Gobierno ocho años y ocho meses a lo largo de dos legislaturas que finalizaron en septiembre de 2020, un factor que ha sido subrayado por Kishida como motivo de peso para celebrar el funeral de Estado.