Las autoridades fronterizas estadounidenses han interceptado en el actual año fiscal a casi 178.000 personas, más que si se combinan el conocido como éxodo del Mariel y la crisis de los balseros, informa el ‘think tank’ con sede en Washington.
Cuba arrastra una crisis económica agravada por la pandemia, que redujo a mínimos el turismo, y sufre también problemas energéticos que se traducen en apagones. El abogado Pedro Freyre, un demócrata que participó activamente en el acercamiento de Estados Unidos a Cuba durante la etapa de Barack Obama, anticipa en declaraciones a Reuters que «las cosas van a ser peores este año».
No obstante, y pese a la ola de protestas sin precedentes de julio de 2021, Freyre no percibe una amenaza inminente para el Gobierno de Miguel Díaz-Canel. «El sistema es muy frágil y se está deshilachado en los bordes, pero no creo que se rompan las costuras», explica.
Las autoridades cubanas esperaban que, con Joe Biden en la Casa Blanca, Washington diese marcha atrás a las sanciones impuestas en la etapa de Donald Trump, algo que por ahora no se contempla. De hecho, Freyre da por hecho que no habrá cambios a corto plazo por la cercanía de las elecciones parlamentarias.
Sí abre la puerta a ciertos retoques, por ejemplo para permitir la financiación del sector empresarial en Cuba, que lucha por abrirse camino tras décadas de estricto control del Estado.