En una carta dirigida al Gobierno nicaragüense el lunes, expertos de la ONU han asegurado que la cancelación de la personalidad jurídica de cientos de asociaciones «representa un claro patrón de represión del espacio cívico».
El Ejecutivo dirigido por Daniel Ortega, con la aprobación del Parlamento de Nicaragua, ha suspendido a más de 700 organizaciones sociales, 487 de ellas solo en el último mes, según datos del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU.
«Si bien se ha observado el cierre del espacio cívico desde los disturbios políticos de 2018, el cierre de organizaciones se ha acelerado como resultado de una Ley de Agentes Extranjeros de 2020 y una Ley de Regulación y Control de Organizaciones Sin Fines de Lucro (OSFL) de 2022, que se ha hecho cumplir recientemente», ha detallado Naciones Unidas en un comunicado.
«Lamentamos ver que, una vez más, la legislación contra el terrorismo y el blanqueo de dinero se está utilizando indebidamente para restringir innecesaria y desproporcionadamente las actividades de la sociedad civil y las libertades fundamentales», ha expresado la ONU en la carta.
En este sentido, el Alto Comisionado ha sostenido que los cierres no solo han afectado a las organizaciones de Derechos Humanos –incluidas las que trabajan por los derechos de las mujeres y los pueblos indígenas–, sino también a aquellas que promueven los valores democráticos y contrarrestan los efectos negativos del cambio climático.
Asimismo, estos cierres estarían impactando a su vez a las asociaciones de ayuda humanitaria y servicios médicos, a instituciones educativas, culturales y artísticas, así como fundaciones religiosas.
«Esta situación tendrá consecuencias aún más devastadoras para las personas y grupos marginados que dependen de esos servicios para su supervivencia, por ejemplo, comunidades rurales e indígenas, niños y jóvenes, mujeres, migrantes y solicitantes de asilo», han dicho expertos consultados por Naciones Unidas, que han expresado su preocupación por el efecto disuasorio de estos cierres.
«Instamos al Estado a abstenerse de más cierres y revertir de inmediato estas severas restricciones a las asociaciones. Un espacio cívico y político funcional, bien establecido y diverso es clave en cualquier país democrático», ha agregado la ONU.