«Seré honesto: si no fuera por mi hija y mi familia, estaría allí. Estoy muy orgulloso de ser ucraniano, y lo estaré el resto de mi vida. Y cuando estás viendo a la gente, cómo luchan por sus vidas… no hay palabras. Conozco a la gente de mi país, su mentalidad, prefieren morir y morirán», señaló a BBC Sport.
Además, confesó que le resulta imposible olvidar el dolor que sufren los ucranianos, muchos condenados a vivir en búnkeres por los ataques rusos. «Solo lloro. Ha pasado una semana (desde el inicio), pero a veces incluso voy conduciendo hacia el campo de entrenamiento y empiezo a llorar. Imagina que el lugar donde naciste, donde creciste, es ahora un terreno vacío…», subrayó.
«Tenemos que detener la guerra. Hablé con muchas personas que están de nuestro lado y dicen que la forma en que la televisión rusa nos muestra es ridícula. Mi misión es mostrarle al resto del mundo lo que está pasando en este momento. Hay ciudades en la parte este de Ucrania donde los civiles, los rusos, hacen protestas falsas pidiendo ‘estar con Rusia’ y cosas así. Yo puedo enseñar un millón de vídeos de lo que están haciendo ahora. Puedo mostrar todas las ciudades de mi país que destruyeron», explicó.
Por último, se mostró «muy agradecido» por todo el cariño que está recibiendo en el campo y fuera de él. «Estoy muy agradecido a todas estas personas el apoyo que estoy recibiendo. Recibo muchos mensajes de muchos chicos en Ucrania y me preguntan sobre los vídeos de apoyo; eso demuestra que la gente está viendo la televisión, el fútbol, y supongo que les ayuda mucho», concluyó.
EUROPA PRESS