A partir de este viernes, la República de Panamá experimentará el máximo aumento en el precio del combustible de los últimos diez años.
Solo dos años atrás, en noviembre de 2020, el precio de la gasolina de 95 octanos se ubicaba en 61 centavos el litro, mientras que para la gasolina de 91 octanos, el precio por litro era de 59 centavos y el diésel, bajo en azufre costaba 50 centavos el litro.
Este viernes, el litro de gasolina de 95 octanos costará $1.17 dólares; es decir, un aumento de 58 centavos en menos de dos años; en tanto que el combustible de 91 octanos se ubica en $1.13 dólares, 54 centavos más que en noviembre 2020, y el diésel bajo azufre queda en $1.13 dólares, un aumento de 63 centavos.
¿Hacía dónde vamos?
Expertos consideran que el incremento en el costo del combustible empujará significativamente en un corto plazo los precios de los productos de alto consumo en el país.
Es una situación que no guarda una relación directa con el conflicto entre Ucrania y Rusia. Más bien, la guerra ha hecho que este incremento de precios haya llegado más rápidamente.
Esto lo ha reconocido Jorge Rivera Staff, secretario nacional de Energía, quien considera que el alza de los combustibles es consecuencia directa del costo internacional del crudo.
El barril de crudo registra su máximo precio en los últimos ocho años, siendo una realidad que se acentúa en Panamá, y en todo el mundo.
El experto sostiene que la actual oferta de crudo internacional no está en sintonía con la demanda mundial, debido a que la vacunación ha permitido que las personas sigan incorporándose al mercado laboral, haciendo viable la recuperación de la economía; sin embargo, los países productores de petróleo no están generando suficiente para suplir esa demanda, situación a la que ahora se une el conflicto bélico ruso-ucraniano.
Por su parte, el economista Wolfgram González, en una intervención este jueves en el programa Sin Rodeos, expuso su preocupación por los efectos que puede tener en el país este incremento en los precios del combustible, que se proyectan aún mayores en el escenario.
González considera que el Gobierno Nacional no tiene mucho espacio para maniobrar, si el precio del combustible continúa al alza, siendo Panamá un país netamente importador de carburantes.
«Hay que ver también qué efecto tendrán las sanciones impuestas a Rusia en el precio internacional del crudo», destacó González.
Un camino complicado
El ministro de Comercio, Ramón Martínez, indicó que el Gobierno Nacional estudia alternativas para hacerle frente a lo que se sugiere como un aumento sostenido en el precio del combustible en el país.
«Estamos buscando fórmulas para enfrentar esta situación, que esperamos sea temporal. Varias instituciones estamos trabajando para encontrar formas para frenar el impacto de este incremento de los combustibles», apuntó el Ministro.
Sin embargo, el titular de Desarrollo Agropecuario, Augusto Valderrama, aprecia un escenario complicado, en el que Panamá necesita garantizar la existencia de energía y alimentos.
«Tenemos que aumentar nuestro almacenaje de fertilizantes y garantizar la cosecha del próximo año. En esto, el esfuerzo conjunto entre el Gobierno Nacional y la empresa privada juega un papel determinante», aseguró Valderrama.
La última vez que el combustible en Panamá experimentó un precio a la baja fue en el fin de semana del 27 de agosto de 2021.
Desde entonces, la tendencia en el precio del combustible en nuestro país ha sido hacia el alza.
Tomando en cuenta que Rusia es el tercer mayor productor y exportador de petróleo en el mundo,.es previsible que en tanto no se resuelva el conflicto bélico con Ucrania, no solo el combustible, sino los productos alimenticios también irán al alza, teniendo en cuenta que el trigo es uno de los rubros de producción importantes en Rusia, y con los embargos adoptados contra este país, producirán incremento en precios de alimentos como la carne de pollo, carne de res, pescado y otros. A esto, se une otro incremento: el de la energía, por tanto, de la electricidad.
Se pinta entonces, un escenario que amenaza con llevar a Panamá a una fuerte inflación, con un aumento sostenido y recurrente en los precios generales, situación que perjudica principalmente a los sectores con menos recursos, que no tienen forma de hacer frente a un aumento de precios de los productos, bienes y servicios.