La Conferencia Episcopal de Panamá (CEP) se reunió esta mañana para dar a conocer su comunicado, en el mismo resaltaron temas como la seguridad ciudadana, el narcotráfico y la realidad social, en esta última mencionaron que «hay que hablar menos y actuar más».
Monseñor Manuel Ochogavía Barahona, secretario general de la CEP, manifestó que todos conocemos los problemas y debilidades que tenemos para hacer de Panamá el país que nos merecemos, donde la equidad, la justicia y el desarrollo lleguen a todos, sin distinción. Pero también hemos de hacer evidente las tres grandes fortalezas con las que contamos para hacer posible un proyecto país, que sobrepase los gobiernos.
«La confianza pública debe recomponerse, principalmente donde ha fallado. Las instituciones deben actuar y decidir inequívocamente teniendo como centro la persona y el bien común. Esto involucra a todos: gobierno, partidos políticos, ongs, iglesias, empresas, medios de comunicación, ciudadanos en general», explicó.
Aseguró que es necesario romper con la lógica dominante, los análisis sectorizados, para encontrar las soluciones adecuadas e inclusivas. «Permitir y estimular la apertura de diferentes visiones, apoyar los aportes de los otros, será fundamental para una nueva mentalidad cultural, económica, política y social en miras a construir un Nuevo Panamá».
En cuando al tema de seguridad ciudadana y narcotráfico, la CEP expresó que la ciudadanía en los últimos años ha percibido un incremento en su inseguridad, a unos niveles muy preocupantes, donde el narcotráfico es un factor peligroso para la convivencia social, que ha penetrado en diversos sectores de la sociedad, trayendo muerte y destrucción de la familia panameña.
«Contrarrestar el narcotráfico y la violencia requiere un esfuerzo de todos. Eliminar sus causas, como es el empobrecimiento de grandes sectores del pueblo panameño, especialmente la juventud, a quienes se les ha robado la esperanza, la oportunidad de educarse, de entretenerse sanamente, de trabajar dignamente, situación que los hace vulnerables y en ocasiones los hacen ceder frente a estos males sociales», expresaron los obispos.
Sobre los avances en los derechos humanos del niño y la niña, la Iglesia Católica reconoció la aprobación de la Ley 567, que establece garantías para la protección de los infantes, «nos permitirá que como sociedad avancemos en la protección y cuidado del don más valioso de nuestra nación que es la niñez y la adolescencia».
Estas declaraciones se dieron a conocer durante una conferencia de prensa que realizaron el día de hoy los obispos de Panamá en las instalaciones de la CEP, luego de reunirse durante cuatro días en su Primera Asamblea Ordinaria Anual.