El cuerpo de una anciana muerta desde hace más de un año y momificada en un subterráneo por su hijo, que quería seguir cobrando las ayudas sociales de ella, fue descubierto en el Tirol, indicó ayer la policía austríaca.
«Las investigaciones revelaron que esta mujer, de 89 años, falleció en junio de 2020 y el hombre, de 66 años, conservó su cuerpo para seguir beneficiándose de las ayudas», explicaron las fuerzas de seguridad en un comunicado.
El sospechoso, que vivía con su madre cerca de Innsbruck (Austria), reconoció durante su detención que había congelado el cuerpo para asegurarse que no olería a muerto y luego absorbió los fluidos corporales con vendas».
«Después cubrió el cuerpo con arena para gatos y finalmente el cadáver quedó momificado», detalló a la cadena de televisión pública ORF el agente Helmut Cufler, jefe de la unidad policial especializada en fraudes en prestaciones sociales.
Cuando su hermano visitaba el domicilio y le preguntaba por su madre, que sufría demencia antes de fallecer y contaba con pocas personas más allá de sus hijos, el sospechoso le respondía que la habían ingresado en un hospital.
Las ayudas se percibían a través de un cheque postal y cuando un nuevo cartero pidió ver a la beneficiaria, su hijo se negó. Esto le hizo sospechar y denunció los hechos.
Finalmente, hallaron la momia el sábado pasado.
La policía acusa al sospechoso de un delito de fraude de ayudas del Estado y de encubrimiento de un cadáver.