El atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001

EL mundo se detuvo o por lo menos para gran parte del planeta, hubo un momento de estupor.

Lo que sucedió aquella fatídica mañana de septiembre no se borra de quienes de una u otra forma vivimo este atroz momento.

Y entonces comprendimos el impacto desgarrador, el terror y el miedo de un ataque terrorista.

Por lo menos para mí, un joven que apenas inicio la carrera de periodismo, en el interior del país no tenía una idea clara sobre lo que era el terrorismo y sus tentáculos.

No imaginaba el alcance de la desgracia en estos temas, hasta que vi a través de la tv, como dos aviones se estrellaban contra las emblemáticas Torres Gemelas del World Trade Center (WTC), en Nueva York.

La soprersa me vino cuando escuchaba la programación de Omega Stero, una popular radio de la ciudad capital. Me disponía a prepararme para asistir a la clases de Sociología.

De repente, interrumpieron la programación musical para reportar los primeros informes: un avión se había estrellado con una de las torres gemelaa de Nueva York.

Sorpresa y ansiedad, ambas impregnaron el ambiente principalmente a las naciones que de una u otra forma han sido influenciadas por Estados Unidos.

Tras el impacto del primer avión, nadie sabía qué estaba pasando. La incertidumbre y dudas corrieron por los medios de comunicación en todo el mundo.

Mientras transmitían el suceso y aún sin saber la causa del accidente, otro avión chocó contra la torre sur del WTC

Entonces el mundo comprendió que algo malo estaba sucediendo y que esta descomunal tragedia había sido orquestado.

Posteriormente la organización terrorista, Al Qaeda fue señalada como la principal sospechosa de estos atentados que han provocado luto, dolor, tristeza y sobre todo mucho miedo.

No me pude levantar de la silla. Durante horas estuve viendo minuto a minuto, lo que acontecía en Nueva York y como otros dos aviones fueron interceptados para fueron interceptados y que tenían en la mira al Pentágono y la Casa Blanca.

Hoy, a solo día de este lamentable hecho sé, que pasará mucho tiempo para que sanen las heridas, muchas cosas cambiarán y que quien supo de esto, jamás lo borrará de su mente.

Momentos después en Nueva York, las dos emblemáticas torres que eran sinónimo de hegemonía de la capital del mundo, se derrumbaban y así se derrumbó también la alegría y la paz de cientos de personas que perdieron a sus familias en estos trágicos sucesos manchados de sangre y odio.

Nunca olvidaré las imágenes de personas que en su desesperación se lanzaban al vacío ante los incendios provocados por las explosiones de los dos aviones en las torres del WTC.

Cómo sacado de una película de terror, se veían a personas caminando desconcertadas por las calles llenas de ceniza y escombros a causa del desplome de las torres.

La gente lloraba, gritaba, mientras otros perplejos guardaban silencio ante la magnitud de la tragedia.

El esqueleto de las torres ya sin vida, sin imponencia han quedado impregnadas de luto y y del más profundo dolor.

El atentado terrorista de las Torres Gemelas de Nueva York, dejó 3,000 muertos, también ha dejado rabia, nostalgia y muchas interrogantes.

¿Qué vendrá después? No sabemos, pero aún con miedo, tristeza y dolor, las voces de esperanza, unidad y solidaridad se han unido con fuerza para respaldar a los dolientes, y para lanzar un claro mensaje que el amor y la vida pueden más que el odio.

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