En sólo 72 horas la temperatura en Lytton, un pequeño pueblo canadiense, pasó de los 46.6 grados- la más alta registrada hasta entonces en la aldea- a los 49.9 grados. Los incendios forestales provocados por la ola de calor arrasaron con el pequeño municipio de apenas 200 habitantes y ubicado en la Columbia Británica. La misma ola de calor afectó simultáneamente a los Estados Unidos convirtiendo a junio en uno de los meses más calientes en la historia de ambas naciones. Pero, no estaban solos en el desastre: el 19 de junio en la ciudad china de Zhengzhou cayeron, en un solo día, 624 mm de lluvia, el equivalente a un año entero. Las descomunales inundaciones que siguieron al aguacero causaron 33 muertos y 200 mil evacuados. Una semana antes, la destrucción provocada por las extremadas lluvias que azotaron Alemania dejó un rastro mortal de 177 muertos y más de un centenar de desaparecidos. En Bélgica por su parte, las inundaciones acabaron con la vida de 37 personas.
Veerbhadam Ramathan, climatólogo indio y profesor en la Universidad de California, asegura que estos eventos climáticos extremos seguirán empeorando en los próximos 20 años. “Ver el número de muertes en un país avanzado como Alemania me preocupa por lo mal preparada que está la sociedad para hacer frente al calentamiento global”, advierte.
Los registros meteorológicos de los últimos años apuntan muy claramente a la inestabilidad del clima y a la frecuencia con que se manifiesta de manera extrema. Las inundaciones, los incendios forestales, el deshielo, el incremento del nivel del mar y las olas de calor, entre otros fenómenos, irán en aumento en un futuro ya no muy lejano. Según establece el Boletín sobre el Clima Mundial Anual a Decenal, es 90 por ciento probable que entre el período comprendido entre 2021 y 2025 experimentemos el año más cálido que se haya vivido. Hasta ahora el 2016 ha sido el más caluroso. En este mismo lapso de tiempo, agrega el boletín, se darán más ciclones tropicales en el Atlántico.
“Los eventos meteorológicos extremos que estamos viendo desde Nepal a Brasil, desde Alemania a Bélgica, desde Medio Oriente a Rusia, son serios recordatorios para todos nosotros de que el cambio climático está aquí y de que quizás se está dando más rápido de lo que la ciencia planteaba”, advierte Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Advertencia que parece caer en saco roto en nuestro subcontinente, en cuya historia no están ausentes las tragedias climáticas provocadas por huracanes y los frentes de lluvias extremas. ¿Esperaremos a tener el agua al cuello para pensar en el futuro y formular los planes y estrategias que nos permitan afrontar las amenazas de cambios en el clima que se ciernen sobre nuestras naciones?