La inversión extranjera directa de América Latina y el Caribe cayó 34.7% en 2020, derivado de la crisis del coronavirus, informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La región recibió $105 mil 480 millones el año pasado, lo que supone una pérdida de $56 mil millones con relación al mismo período de 2019. Se trata del nivel más bajo en una década, asegura el organismo multinacional.
“Tenemos la expectativa de que esto pueda mejorar en el transcurso de 2021 porque hay anuncios importantes que se vienen haciendo en montos y en números de proyectos”, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, en la presentación del informe.
Sin embargo, para que los países Latinoamericanos recuperen su atractivo ante empresas transnacionales deberán incrementar la inversión pública, aseguró.
Para 2021, Cepal estima que la inversión extranjera directa crezca entre un 10% y 15% a nivel global, mientras que en América Latina, la proyección oscila entre un retroceso de 5% y un avance de 5%. “No somos totalmente optimistas ni totalmente pesimistas porque estamos apenas a mitad de año”, dijo Bárcena.
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Durante el primer año de la pandemia, las empresas trasnacionales se enfocaron en fortalecer sus cadenas de valor de manera que puedan prevenir a futuro interrupciones como las ocasionadas por los confinamientos. Esto resultó en una reducción de la inversión para la mayoría de los países en Latinoamérica, excepto México, Paraguay, Ecuador y las islas caribeñas de Barbados y Bahamas. En general, la tendencia en 2020 fue invertir en países desarrollados. México, enfatizó Bárcena, mostró un comportamiento positivo con un incremento de 6.6% entre 2019 y 2020.
El hidrógeno verde el gran futuro de la energía renovable
Los proyectos de inversión en energía renovable en la región tienen un potencial casi equivalente a la que tiene Europa.
Hay dos países en América Latina y el Caribe que tienen clara ventaja en este tema: Chile y Brasil.
“En Brasil hay una empresa australiana que anunció la construcción de un gran proyecto de hidrógeno verde, el cual tendrá una inversión de $5 mil 400 millones. El hidrógeno verde se ve como el gran futuro de la energía renovable no solo en la región sino en el mundo entero”, dijo Bárcenas.
Destacó que los países de la región tienen que aprovechar la oportunidad en esta área.
Recuperación económica
La secretaria ejecutiva de la Cepal, manifestó que la posibilidad de que los países reciban más inversiones extranjeras, dependerá del enfoque que los gobiernos le den a la recuperación económica
“Si bien, hay una estimación de recuperación del producto interno bruto de 5.2% en 2021 y de cerca al 9% en 2022, no será suficiente para recuperar los niveles de inversión y de empleo perdidos el año pasado”, dijo Bárcena.
Para generar un mayor crecimiento, el organismo multilateral propone invertir en sectores dinámicos de la economía. «Hoy el desafío es mayor por las características y la magnitud de la crisis. Necesitamos canalizar la inversión extranjera directa hacia actividades que generen mayor productividad, innovación y tecnología».
Bárcena distingue tres sectores que pueden ayudar a diversificar los orígenes de la inversión extranjera directa y de los que se puede obtener mayores beneficios: la energía renovable; la ampliación de capacidades para producir vehículos eléctricos, baterías y componentes electrónicos, y la transformación digital.
Marco regulatorio multilateral
Para la secretaria ejecutiva de Cepal es necesario que en la región impere un marco regulatorio multilateral que genere beneficios reales a las economías.
“Nuestra región se ha focalizado más en proteger a los inversionistas sin importar si generan empleos o si dañan el ambiente, lo importante es que traigan capital, pero no, no es por ahí”, dijo.
“Con la regulación multilateral se logra que haya mayor conversación entre los inversionistas extranjeros y los países receptores, las comunidades, las empresas locales, lo que genera una facilitación comercial, donde pueda haber diálogo previo para evitar conflictos posteriores y también haya beneficios reales de la inversión extranjera directa, que sea de calidad, que traiga tecnología, empleos y productividad”, señala la representante de la Cepal.
En Panamá, la inversión extranjera directa cayó 86.4%, al cierre de 2020, de acuerdo con datos oficiales.