El plan de vacunas COVID-19 en Panama sigue avanzando

Pisando el acelerador

Esta semana ha sido pródiga para quienes depositan en las vacunas su confianza para protegerse del nuevo coronavirus.

Primeramente, llegó al territorio nacional un embarque de 363 mil 870 dosis de la Pfizer, como parte de la negociación directa con la casa farmacéutica.

A continuación, el jefe de misión interino de la Embajada de los Estados Unidos en Panamá, Stewart Turttle, entregó una donación de 503 mil 100 dosis del antígeno como parte del esfuerzo global del coloso norteño contra el Covid-19. La misma se convierte en el lote de vacunas más grande recibido por la nación panameña en una sola entrega desde que se iniciara el proceso de inmunización el 20 de enero pasado.

Además, a todo ello se adiciona la entrega de 100 mil dosis, llevada a cabo por intermedio del mecanismo COVAX. En total, 966 mil 970 en una semana.

Según señala la página Datosmacro.com, se han aplicado en el país un millón 877 mil 9 dosis a un millón 220 mil 227 personas, de las cuales 656 mil 782 ya están completamente vacunadas. La plataforma Ourworldindata.org, por su parte, coincide con estos datos. Las cifras demuestran que aún nos falta un largo trayecto para la necesaria “inmunidad de rebaño”: solamente el 15.35 por ciento de los panameños cuentan con su cuadro de vacunas anti covid completo.

El arribo de esta semana de casi un millón de unidades del biológico de Pfizer resulta oportuno para acelerar el proceso de vacunación. Con la modalidad de barrido utilizada en distintos sectores del territorio nacional, se inicia el proceso de inmunizar a jóvenes entre los 12 y los 15 años de edad con enfermedades crónicas o con discapacidad certificada. Además, se abre las puertas para que los mayores de 16 años también se les aplique.

Sin embargo, no se le puede dar la espalda y seguir ignorando a la gran cantidad de adultos mayores que aún siguen sin vacunar y los cuales estaban destinados a recibirla ya desde la fase 2 de la Estrategia Continua de Vacunación. Quienes toman las decisiones en esta campaña sanitaria están obligados, no sólo a acelerar el proceso, también les corresponde velar porque nuestros grupos ciudadanos más frágiles- nuestros mayores- sean oportunamente protegidos y salvaguardados en este momento crítico. La manera en que cuidemos de ellos y de nuestros niños revela lo que somos y seremos como nación.

 

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