Se trata de cinco barcos que han partido de los muelles de Bayside Marina con la intención de repostar en Cayo Hueso, Florida, antes de ponerse en contacto por última vez con los Guardacostas de EEUU antes de emprender su trayecto, que les dejará a solo 15 millas náuticas de La Habana.
Una vez allí, los barcos apagarán sus motores y quedarán a la deriva, pero deberán corregir su posición cada 15 minutos, según el plan publicado en las redes sociales.
El capitán del servicio de Guardacostas Adam Chamie ha confirmado que el viaje entra dentro de la legalidad siempre y cuando no entre en aguas territoriales cubanas, aunque ha pedido cautela a los navegantes ante las posibles inclemencias del tiempo.
«Lo que puede parecer un mar tranquilo en la orilla puede tener una pinta muy diferente cuando estás a 50 millas náuticas de la costa», ha alertado Chamie en comentarios a la CBS.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) estadounidense ha reiterado que para entrar en aguas cubanas se necesita un permiso y quienes infrinjan esa norma se enfrentan a penas de 10 años de prisión, multas de 25.000 dólares al día y el decomiso de la embarcación.
La flotilla tenía previsto partir el lunes pasado pero el evento fue aplazado hasta este viernes. En un principio se esperaba la participación de un centenar de barcos.
El ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, ha pedido al Gobierno de EEUU que «actúe con seriedad» para evitar incidentes relacionados con la flotilla «que no convienen a ninguna de las partes».
EUROPA PRESS