La pandemia es un evento inédito en este siglo, en que los avances tecnológicos han catapultado la investigación científica, y contribuido a dar pasos agigantados para disponer de una vacuna que proteja a las personas contra los cuadros graves y muertes por la COVID-19.
A su paso, en estos más de 16 meses, ha dejado una estela de estragos socioeconómicos.
Los confinamientos y las medidas de salud pública, han tenido un serio impacto en la salud mental de las personas.
La fatiga pandémica es una de sus secuelas, con todo lo que se deriva de esta.
Reanudar el contacto con otros niños
El doctor en psiquiatría, José Calderón, en una entrevista concedida a Destino Panamá, el 7 de febrero pasado, se refirió al impacto del confinamiento en los niños.
En ese momento, alertó de que “entre más largo sea el período de aislamiento, mayor será el daño que se observará cuando reanude su contacto social con otros infantes”.
Aunque reconoció que los niños son más adaptables que los adultos a todo tipo de cambios, también advirtió que “el desarrollo individualizado no es lo deseable para una sociedad humana saludable”.
Y, aconsejó que el desarrollo colectivo debería recuperarse en cuanto las circunstancias sanitarias lo permitan.
La percepción y conocimiento de la pandemia
En esta edición de salud, hemos querido saber qué piensan los niños de la pandemia, y el impacto que esta ha tenido sobre ellos, transcurridos 16 meses después de declarado el Estado de Emergencia por la pandemia de la COVID-19.
Los niños, han tenido que permanecer dentro de sus hogares. Sus mundos se han visto dramáticamente reducidos, sus vidas han dado un vuelco importante.
Pasaron abruptamente del desarrollo colectivo, al individual.
Aún permanecen en sus hogares, “encerrados” como expresaron, limitados en el contacto social, y con una educación no presencial.
Dominan los conocimientos acerca del virus, conocen perfectamente las medidas de bioseguridad, que como manifestaron, deben aplicarse de forma rigurosa al salir de sus hogares.
Sin embargo, también expresaron recomendaciones para los adultos: dijeron que deben cuidarse y vacunarse.
Los niños y adolescentes muestran rasgos de ansiedad y frustración
La doctora Mayté Domínguez, psicóloga clínica con énfasis en niñez y adolescencia, explicó a Destino Panamá que, los niños y adolescentes tienen mucha claridad acerca de la pandemia.
Es cierto que los niños tienen más consciencia que los adultos, acerca de la pandemia, confirmó.
Como detalló, esta consciencia es un resultado del caudal de información que manejan.
Están inmersos en un proceso en el que entienden qué es cumplir las normas, a diferencia del adulto que, por muchas razones, desatiende.
No es un momento agradable para ellos
“En su gran mayoría, los chicos a pesar de que entienden que tienen que estar resguardados, usar mascarillas, y el alcohol; están frustrados”, destacó la especialista.
Domínguez alertó de que los niños y adolescentes, están mostrando rasgos de ansiedad y depresión, lo que calificó, de “sumamente preocupante”.
Pero aclaró que esto no es solo resultado de la pandemia y de las nuevas formas de convivencias.
No solo la pandemia es responsable, también el adulto
La especialista manifestó que los adultos saben que los niños deben estar resguardados por su seguridad.
Sin embargo, estos adultos que además se quejan de no poder salir, todavía los mantienen encerrados a pesar de que las actividades al aire libre no están prohibidas.
Los cambios en las formas de trabajo de los padres, que también los mantiene desarrollando actividades dentro del hogar, no les deja tiempo para promover actividades de esparcimiento.
Luego de un año, todavía continúan encerrados
“Todavía estos niños permanecen encerrados”, con limitaciones como que no pueden interactuar con sus amigos, agregó.
Una de las recomendaciones de la doctora Domínguez es, la búsqueda de espacios para que puedan distraerse, y salir.
Los parques de los vecindarios son una alternativa, expuso la especialista, porque son espacios al aire libre en los que pueden ir acompañados de familiares de su misma edad, o amigos.
“Busquemos alternativas para que esos niveles de ansiedad disminuyan”, esclareció la especialista.
La tarea: no infundir pánico ni miedo
La doctora Domínguez, aclaró que este tipo de actividades, aunque disminuye la ansiedad, no elimina el problema.
Y, este es el temor de ser contagiados, esclareció.
La exposición a las redes sociales, a las noticias, la información recibida o escuchada de familiares, así como el manejo de la situación por el adulto, es la forma en el que el niño o adolescente, lo hará.
“Tenemos que manejarnos de una manera adecuada porque sabemos que la situación del COVID, mata personas”, empero como afirmó la especialista, debe ser de una forma más tranquila para que “ese niño o adolescente no esté con pánico o temor”.
Se trata en definitiva de ayudarlo a ser precavido, pero sin infundirle miedo.
TESTIMONIOS
Cinco niños, cuyos nombres hemos cambiado para resguardar sus verdaderas identidades, conversaron con Destino Panamá acerca de qué es la pandemia, y el aprendizaje que deja.
Las respuestas que nos dieron, a los conceptos preguntados las reproducimos de forma íntegra.
Son los niños del encierro, las mascarillas y el SARS-CoV-2.
Daniel: Tengo “bastante” tiempo de estar encerrado
Daniel, tiene 10 años, es un niño tranquilo que está sentado en el Centro de Salud esperando ser atendido.
Viene acompañado de su abuela. Viste un suéter negro, un jean, y una mascarilla del color de la camiseta.
Para él la pandemia es que “tienes que estar encerrado porque el virus está afuera, y si tienes que salir, tienes que tomar las medidas de (bio)seguridad”.
Nos dice que ha estado “bastante” tiempo encerrado. La percepción del tiempo para Daniel, es clara.
La enseñanza que le deja la pandemia a Daniel, es que “hay que tomar las medidas (de bioseguridad) aunque no haya virus y que no hay que confiarse de nada en el mundo”.
En sus palabras, expresó en torno a los adultos que no se cuidan o no se quieren vacunar que “tienen que hacerlo, aunque no lo quieran, porque no queremos que nadie salga herido con el COVID”.
Uno de sus deseos, es volver a la escuela. No dudó en dar su respuesta.
Sin embargo, está consciente de que, por ahora, no podrá retornar al aula de clases, porque como nos explicó, “está el virus”.
Sara: De vuelta a la escuela para que su mamá “tenga un tiempito y trabaje”
Sara de 6 años, tiene una sonrisa muy dulce, luce una mascarilla rosada para niños en juego con su vestido.
Extrovertida y con una madurez poco usual para su edad, nos aleccionó con respecto a las medidas de bioseguridad.
Para esta pequeña, la pandemia es que “las personas no pueden salir porque hay un virus”.
Además, nos dijo que se inventaron los tapabocas, “que se deben comprar para que las personas no se mueran”.
Una de las lecciones, que la pandemia le dejó es que hay lavarse las manos, usar mascarillas, y usar gel alcoholado en las manos cuando se sale a la calle.
Está dando clases virtuales en casa, y fue enfática en que quiere volver a la escuela, para que su mamá “tenga un tiempito y trabaje”.
“Extraño la escuela y jugar con mis amiguitos, pero la pandemia ¡lo arruinó todo!”
Anita y Teresa: “Hay que cuidarse y no salir mucho”
Anita, tiene 8 años y juega con su hermana melliza Teresa, en una pequeña placita cerca de su hogar.
Ambas portan sus mascarillas y aunque visten el mismo vestido, la diferencia de color, permite saber quién es quién. El traje rosado lo lleva Anita, y el azul; Teresa.
Anita explica que la pandemia “es un virus que contagia a la gente” y continúa que, “si las personas salen mucho, se les pega y pueden morir porque es muy fuerte para ellos”.
Anita, va a la escuela una vez por semana.
Teresa, por su parte, contesta que la pandemia es “un COVID que está matando a la gente”.
Ella a diferencia de su hermana, no está asistiendo a clases presenciales.
Su aprendizaje de la pandemia, lo describió como “que hay que cuidarse, estar en casa, no salir mucho”.
Anita por su parte, dice que la lección que nos deja la pandemia es que “si salimos debemos tener nuestra mascarilla, nuestra careta, y si vamos al super no tocar lo que no vamos a llevar”.
Lecciones que muchos adultos, aún no entienden.
Ambas hermanas, coincidieron que los adultos deben cuidarse. ¿Cómo? Usando mascarillas, portando alcohol o gel alcoholada.
Isabel: “La pandemia es una gran nube de aburrimiento”
Isabel, con 7 años juega en el parque. Lleva un short blanco con pintas negras, un suéter negro, y le gustan las mascarillas decoradas con peces.
Muy segura de sí misma y de sus conocimientos, Isabel nos describió la pandemia como “una gran nube de aburrimiento porque no podemos salir”.
Pero, ¿por qué no podemos salir, Isabel?
No duda en responder de forma categórica.
– “Porque el virus está dando más fuerte que nunca”.
¿Qué peligro entraña esto?, pregunto de nuevo.
“El virus mata a las personas, así que las personas se deben quedar en la casa, usar mascarillas, usar gel alcoholado, y cuidarse”, contesta con seguridad
Isabel responde a la pregunta de qué lecciones deja la pandemia, con una explicación científica que, tal vez forme parte de los aprendizajes de Ciencias Naturales.
“La pandemia es un virus, que no está vivo, y necesita un huésped para reproducirse. Tiene que cumplir con las tres normas nutrición, relación y reproducción”, detalló.
Lavarse las manos, usar mascarilla, no ir a lugares alborotados de gente y vacunarse, son para esta pequeña, las medidas de cuidado que deben seguir los adultos.