Los confinamientos impuestos a causa del Covid-19 obligaron a una abrumadora cantidad de negocios a cerrar sus puertas durante prolongados períodos de tiempo. Y muchos no volverán a reabrir aniquilados por la falta de ingresos y las deudas acumuladas.
En el área de Latinoamérica, se estima que las MIPYMES (Micro Pequeñas y Medianas Empresas) constituyen alrededor del 99.5 por ciento de las empresas, emplean al 60 por ciento de la población y aportan el 25 por ciento del PIB. Según anota Luis Felipe López-Calva, Subsecretario General Adjunto de la ONU y, también, Director Regional para América Latina y el Caribe, “las PYMES son una fuente primaria de empleo y un proveedor clave de bienes y servicios para una gran parte de la población”. Para el PNUD resulta fundamental ofrecerles respaldo para ayudarles en el camino de la recuperación.
En Panamá existen aproximadamente unas 200 mil Mipymes (Micros, pequeñas y medianas empresas) que constituyen el 87 por ciento del tejido empresarial y aportan el 70 por ciento de los empleos. Todo lo cual apunta a que, si el país aspira a una efectiva recuperación económica, este importantísimo segmento empresarial destaca en el primer puesto de la fila para cualquier estrategia de apoyo financiero. Y hacia allá apuntan la Banca de Oportunidades de la Ampyme (Autoridad de la micro, pequeña y mediana empresa) y el Programa Global de Crédito respaldado por el BID: aquella con un fondo de 20 millones y el último con uno de 300 millones, cuyo primer desembolso de 150 millones fue aprobado en junio del 2020. Con intereses que oscilan entre el 6 y el 9 por ciento, con plazos de 84 meses para cancelar, resultan un valioso respiro para los emprendedores nacionales agobiados por la pandemia y para los trabajadores sumidos en la incertidumbre de contratos suspendidos o potenciales despidos.
Resulta primordial, entonces, fortalecer el proceso de vacunación nacional y extremar las medidas sanitarias, lo cual hará posible una definitiva apertura de todos los sectores para iniciar la tan ansiada recuperación económica. Y que las ayudas mencionadas sean asignadas en procesos los más expeditos y rápidos posibles: esto puede marcar la diferencia entre la sobrevivencia o la quiebra de miles de negocios y salvar decenas de miles de plazas de empleo que penden de un hilo en estos momentos.