“La protección y el uso sostenible de la biodiversidad no son lo opuesto al desarrollo, son un prerrequisito fundamental para el bienestar de toda la población y el planeta”, precisó. Precisó la exdirectora de CIAM.
Panamá esta semana, se catapultó en el escenario mundial al expandir el área protegida de Coiba, y con este paso, liderar en la región la meta climática global: proteger el 30% de sus océanos.
El presidente Laurentino Cortizo, en el marco de la conmemoración del Día de los Océanos, firmó el pasado martes el decreto ejecutivo que amplió los límites del “Área de Recursos Manejados Cordillera de Coiba (ARMCC).
Se adicionó, de acuerdo con el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), 50,518.84 km2 a los 17,223.52 km2 que se determinaron en 2015, alcanzando un total de 98,228.25 km2 de áreas marinas protegidas.
Con esta disposición, la superficie de océanos protegida, supera los 75,517 km2 terrestres del país.
Un nuevo “líder mundial azul”
La meta “30X30” es un acuerdo mundial que busca proteger el 30% de los ecosistemas terrestres y marinos para el 2030.
Cumplir esta meta, le ganó al país la distinción de nuevo “líder mundial azul”.
Panamá se adhirió en enero de este año, a la Coalición de la Alta Ambición para las Personas y la Naturaleza.
Esta coalición es un grupo interregional de más de 50 países que defienden un acuerdo global que pueda detener la pérdida acelerada de especies y proteger ecosistemas vitales que son la fuente de nuestra supervivencia y seguridad económica.
Chile y Panamá, ahora, son los únicos países de la región en alcanzar esta meta indispensable para mitigar el cambio climático.
Un aspecto que resaltó el ministro de Ambiente, Milciades Concepción.
Chile tiene el 42% de su zona económica exclusiva bajo protección.
El papel de la ciencia en una decisión política
La base científica para alcanzar esta meta importante para la biodiversidad e incluso la vida humana, fue realizada por un equipo consultor multidisciplinario.
Liderado por el biólogo marino Héctor M. Guzmán, del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), participaron además la Fundación MigraMar y el Ministerio de Ambiente.
La delimitación se basó en el análisis de datos oceanográficos obtenidos a través de sensores satelitales, explicó el STRI.
La iniciativa, otorgará algún grado de protección a esta nueva zona protegida.
El Smithsonian explicó que, con esta expansión, quedan protegidas una serie de cadenas montañosas submarinas que albergan especies exclusivas de esas profundidades.
Incluso se preservarán mejor las zonas por donde circulan especies marinas migratorias.
El organismo detalló que, al menos catorce especies de mamíferos marinos utilizan el área.
Doce de estas, se encuentran amenazadas según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), incluyendo la ballena azul, el cachalote y el rorcual del norte.
La ponderación de la comunidad internacional
La comunidad internacional, reaccionó inmediatamente. Las felicitaciones en la red Twitter no se dejaron esperar.
Desde John Kerry, enviado especial de Estados Unidos para el Cambio Climático y un importante número de organizaciones globales, celebraron el alcance de esta meta.
Osiris Sanjur, directora interina de STRI, destacó que el organismo “se enorgullece en ser parte de este momento histórico en donde Panamá alcanza el objetivo 30×30”.
La científica agregó que con esta iniciativa el país, “reafirma su compromiso con la conservación de los ecosistemas marinos y terrestres”.
“Como institución científica, nos complace saber que el país avanza acciones importantes, utilizando conocimiento científico como base para toma de decisiones”, subrayó.
Por su parte, Molly McUsic, presidenta de la Fundación Wyss , calificó de audaz la medida y resaltó la acción que salvaguarda “la excepcional vida silvestre y la biodiversidad de la región”.
Pero, no todos son aplausos
Destino Panamá consultó la opinión de la exdirectora ejecutiva del Centro de Incidencia Ambiental (CIAM), Sonia Montenegro.
CIAM es una organización sin fines de lucro creada para impulsar la participación en la defensa de los derechos ambientales.
Entre las victorias legales que ha alcanzado esta oenegé se destaca el fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró inconstitucional el Contrato Ley de Cerro Petaquilla.
Junto a esta, la revocatoria de la autorización del proyecto para trasiego de combustible en el Humedal Bahía de Panamá.
Y,la más reciente que suspendió temporalmente el proyecto urbanístico Panama Global City que afectaría seriamente al Humedal Bahía de Panamá y a comunidades vulnerables a inundaciones.
Montenegro respondió a Destino Panamá, que la iniciativa 30X30 pasa a ser el gran compromiso multilateral sobre protección al medio ambiente, que acompaña al marco internacional sobre el combate al cambio climático, su adaptación y mitigación.
Sin embargo, como expresó, la decisión le deja “algunas dudas”.
Montenegro, reseñó que el Estado panameño ha tenido poca capacidad para proteger la integridad de las áreas protegidas, así como impedir su afectación por actividades fuera de estas.
“Panamá firma con mucha facilidad la creación de áreas protegidas”, puntualizó y a contrapunto destacó que, “cambia los límites en cualquier momento, y no asigna los recursos humanos y tecnológicos para su monitoreo”.
La exdirectora contrastó las acciones gubernamentales que como tipificó terminan contradiciéndose.
“Se impulsan políticas públicas en materia de ordenamiento territorial, energía, minería y gestión de recursos hídricos” expresó, y seguido apuntó a que terminan convirtiéndose “en una amenaza directa a la viabilidad de las áreas protegidas”.
Montenegro opinó que, de eliminarse estas contradicciones, entonces, se podría “afirmar que existe una voluntad para proteger la biodiversidad”.