Se activan las alarmas

A nivel global, la tasa diaria de nuevos casos de coronavirus se ha mantenido por encima de 800 mil durante la última semana. Esto significa que, desde principios de marzo a la fecha, la cifra de nuevos contagiados se ha disparado a más del doble, con India manteniéndose como epicentro de la epidemia.

En América Latina, que alberga el 8 por ciento de la población mundial, la semana pasada se dio el 40 por ciento de todas las muertes por covid-19 reportadas en el mundo. Brasil continúa sufriendo los estragos de una oleada letal y la situación en Uruguay no es mejor: con una población de 3.5 millones de habitantes registra la cifra per cápita más alta del mundo con alrededor de unos 3 mil casos diarios.

La realidad es igual de preocupante en Colombia, Paraguay, Perú, Argentina, Guatemala y Costa Rica, entre otros países. Y más preocupante aún que los registros muestran un descomunal aumento de contagiados cada vez más jóvenes. En Chile, por ejemplo, señala la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que la tasa de hospitalización de menores de 39 años ha aumentado en más del 70 por ciento; en Estados Unidos hay más personas de 20 años hospitalizadas que mayores de 70. En Brasil, en lo que media desde el pasado mes de diciembre y mayo último, la tasa de mortalidad de los menores de 39 años se ha duplicado, para los de 40 se multiplicó por cuatro y para los que fluctúan entre los 50 y los 60 se triplicó. En muchos de estos países azotados por nuevas olas de contagios los hospitales están peligrosamente llenos, al igual que las unidades de cuidados intensivos.

Estos números evidencian, además de la potencial letalidad de las nuevas olas, que una menor edad no significa menor riesgo ante el coronavirus. Por lo que, a tono con las palabras de la directora de la OPS, Carissa Etienne, “todos debemos volver a comprometernos con una respuesta integral basada en la prevención y mantener la atención de salud contra la COVID-19 y otras afecciones”.

Resulta prioritario continuar con las medidas de bioseguridad aconsejadas: distanciamiento social, uso de mascarillas y evitar las reuniones en lugares cerrados; además, persistir con las pruebas de detección y el seguimiento de los contactos en la atención primaria.

Aflojar esta estrategia básica podría devolvernos a las situaciones iniciales de fuertes restricciones y encierros que significarían un nuevo y más letal golpe a la situación social y económica del país, ya grave de por sí.

 

 

 

 

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