Los autos de alquiler se vuelven raros y caros en EEUU

La escasez de semiconductores que perturba las líneas de producción de vehículos, agravó la situación. Los fabricantes prefieren vender sus vehículos a particulares, que pagan más caro que las alquiladoras de autos, que deben adaptarse. Archivo/Jens Schlueter/AFP

Pagó 600 dólares por dos días de alquiler de auto, el doble que su pasaje de avión: como muchos estadounidenses, Joe Pohlen, un empresario de Michigan, se sorprende ante esta consecuencia inesperada de la salida de la pandemia.

Una sola agencia tenía un vehículo disponible, Hertz, explica. Eligió «la opción más barata posible» pero la factura fue de 601,59 dólares por un vehículo que recogió en Baltimore, Maryland, y devolvió en Harrisburg, Pensilvania, dos días después.

En Estados Unidos no solo se dispararon los precios de los autos de alquiler, sino que a veces es complicado simplemente conseguir un vehículo.

En Hawái, algunos turistas desesperados terminaron alquilando camionetas de mudanza, según medios locales.

Las agencias de alquiler no pueden responder a la demanda ya que vienen de un período difícil durante la pandemia, cuando turistas y profesionales dejaron súbitamente de viajar.

Para reducir costos, vendieron vehículos y evitaron comprar nuevas unidades. Avis, por ejemplo, indicó en febrero pasado que redujo su flota en un 31%.

Pero con el rápido avance de la campaña de vacunación en Estados Unidos y el progresivo levantamiento de restricciones a la movilidad, los consumidores retomaron el gusto por viajar.

«Como el resto del sector», Enterprise «hace frente a una demanda creciente de vehículos para vacaciones de primavera y verano» boreales, «en particular en destinos turísticos populares», indicó un portavoz de la empresa.

A partir de marzo, la demanda aumentó en zonas como Florida, Arizona o en las estaciones de esquí de Utah, destacó el martes el presidente de Avis, Joseph Ferraro, durante una conferencia telefónica.

Venta a los particulares

La escasez de semiconductores que perturba las líneas de producción de vehículos, agravó la situación.

Los fabricantes prefieren vender sus vehículos a particulares, que pagan más caro que las alquiladoras de autos, que deben adaptarse.

«Uno de los aspectos positivos de esta pandemia es que nuestros vehículos no tienen tantos kilómetros recorridos», destacó Ferraro. El grupo también se concentra en el mantenimiento de una flota de autos que deberán durar más.

Pero «subirse a un vehículo que tiene tres o cuatro años, con 50.000 a 80.000 km en el cuentakilómetros, que no tiene necesariamente las opciones habituales, podría afectar la percepción sobre la marca», destacó Ivan Drury, del sitio especializado Edmunds, en particular si el cliente pagó mucho más caro de lo habitual.

Por eso Enterprise recomienda a sus clientes «reservar lo antes posible» y tratar de ser flexibles sobre fechas y lugares de recogida.

Al sumar precios altos para pasajes de avión, alojamiento y alquiler de vehículo, algunos renuncian a viajar a ciertos destinos.

Para algunos negocios como Turo, que contactan directamente a particulares para arrendar vehículos, es una buena época.

«Estamos felices de que un número récord de viajeros descubra la increíble hospitalidad de los propietarios Turo» y su «relación calidad-precio», se congratuló el titular de la firma, André Haddad, en un mensaje cuando se le consultó.

Enfermero de urgencias en Los Ángeles, Bobby Binissa ofrece tres autos en Turo desde inicios de año.

«Mi Tesla está siempre reservado desde hace dos meses y hasta fin de mayo», explicó. Cuando su familia no los necesita, también ofrece otros dos vehículos algo más viejos.

«Aumenté mis precios por la demanda» creciente, «pero no puedo subir demasiado porque tengo que ser competitivo» ante otras ofertas en el sitio, señaló.

Nueva York, Estados Unidos. AFP

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