La movilidad en el entorno urbano promete una profunda transformación verde que busca cambiar el paisaje de las calles y veredas.

Dos iniciativas legislativas están esbozando un nuevo paisaje más comprometido con el combate al calentamiento global y las menores emisiones contaminantes.

Primero fue un decreto presidencial promulgado el pasado 30 de abril para promover el uso de vehículos no motorizados y, luego, se aprobó el cinco de mayo un proyecto de ley en primer debate de la Asamblea Legislativa para estimular el uso del transporte eléctrico terrestre.

Para proteger el medio ambiente y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero el Gobierno emitió el decreto No. 206 para promocionar el uso de vehículos personales eléctricos y bicicletas.

En lugares como Calle 50 alguno que otro oficinista circulaba en un segway, y, también, comenzaron a ser comunes los scooters en la Cinta Costera o en el Causeway. Con el decreto, se reglamenta el uso de todos los vehículos personales como monociclos eléctricos, las patinetas eléctricas o scooters, hoverboards y segways.

Dichos vehículos deben circular en áreas destinadas para ello, o de movilidad peatonal y no en las calles o vías públicas, dando prioridad a los peatones, y el espíritu de la nueva norma es su promoción, desarrollo y fomento de la movilidad activa en general.

En esta categoría se incluye a las bicicletas de pedales con pedaleo asistido que son las bicicletas equipadas con un motor eléctrico auxiliar, de potencia nominal continua máxima inferior o igual de 250W y que la velocidad se interrumpa a los 25 kilómetros por hora.

Abrir el marco para nuevos medios de transporte verdes es una buena señal y estimular la importación y venta de automóviles eléctricos es todavía un mejor paso, tal como establece el proyecto de Ley 162 de movilidad eléctrica aprobado ya en primer debate y que espera ser debatido en el pleno de la Asamblea Nacional de Diputados. Había sido presentado hace 18 meses en el pleno por el diputado independiente Edison Broce.

Con la iniciativa se estimulará la venta de autos verdes y la instalación de estaciones de recarga.

En todos los países que la descarbonización ha tenido éxito juega un gran papel la flota vehicular estatal. Por eso, es positivo que con la nueva ley las autoridades se comprometan a tener un 15% de unidades eléctricas en el 2023 para llegar al 50% al 2030, como parte de un proceso gradual de unidades.

Otro polo de transformación es la renovación de la flota de transporte público. El compromiso es que se deberá reemplazar los vehículos de las concesiones de transporte masivo y certificados de operaciones de transporte público colectivo y selectivo.

El objetivo es que en el 2022 el 10% de la flota de transporte masivo será eléctrica, en el 2025 deberá llegar a 20%, en el 207 al 25% y en el 2030 llegará al 40%.

Otro de los puntos a destacar del proyecto es el pago del Impuesto Selectivo al Consumo de vehículos terrestres eléctricos que será del cero por ciento, lo mismo que al traer motocicletas, ciclomotores, velocípedos, bicicletas y patinetas propulsados con motores eléctricos (ITBMS: 0%).

El Impuesto Selectivo al Consumo en la actualidad va desde el 18% al 25% del valor del vehículo.

Entre los beneficios se incluye la exoneración del pago de trámites de placa de circulación vehicular por un periodo de cinco años, a partir de la fecha de promulgación de esta normativa para vehículos adquiridos con anterioridad.

Los vehículos eléctricos serán exonerados del pago de peajes en los corredores Sur y Norte hasta que se alcance el 30% de la flota nacional, según verifique la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre.

Con la base del proyecto, una nueva realidad comenzará a surgir y toda la sociedad deberá ser parte de esta verdadera revolución verde. Por ejemplo, habilitar el servicio en los edificios, barriadas y en los nuevos proyectos inmobiliarios. Desde el punto de seguridad, la extinción de incendios en los automóviles eléctricos requiere un procedimiento especial.

Se esperan ahorros para el consumidor en cuanto al valor de este tipo de automóviles, la factura mensual por la energía en comparación al del combustible y el mantenimiento, que es mucho menor.

El panorama es alentador porque varias empresas desean participar en la distribución en las electrolineras o estaciones de carga a lo largo de país como Ensa Servicios, Celsia, Casa de las Baterías y Evergo, entre otras.

Los autos, taxis y buses eléctricos ya circulan en el país de forma experimental, como los del Canal de Panamá, el Metrobus y los taxis Traservi, en Colón. Así es que esperemos que se extienda al reto de la flota vehicular.